El 19 de octubre
de 2011 la Conferencia General de la Unesco proclamó el 13 de febrero como Día
Mundial de la Radio. Hoy hace 71 años desde la creación de la Radio de las Naciones Unidas. Eran los años gloriosos de los transistores, que convivían en
armonía con el papel antes de la popularización de la televisión como medio de
masas.
Décadas más
tarde, ningún medio ha desaparecido por completo, pero el panorama mediático ha
cambiado de forma radical tras la irrupción de Internet. Desde luego, la radio
también se ha visto afectada por el proceso de redefinición del sistema de
medios de comunicación, aunque probablemente sea el que mejor ha sabido capear
el temporal.
Un medio cercano
y compatible
Las últimas
ediciones del Estudio General de Medios (EGM) muestran cómo el imparable
ascenso de la penetración de Internet se ha traducido en marcados descensos en
el resto de medios. No ha ocurrido lo mismo con la radio, que no solo se
mantiene, sino que puede presumir de contar con un porcentaje de penetración
cinco puntos superior al que tenía hace veinte años.
Para explicar los
motivos, la doctora Yolanda Berdasco, profesora de Periodismo Radiofónico en la
Universidad a Distancia de Madrid, menciona tres particularidades en el consumo
de radio: “la cercanía, la inmediatez y la posibilidad de utilizarlo como un
medio de comunicación y de entretenimiento mientras realizas otras
actividades”.
La cercanía de la
radio es innegable, especialmente gracias a los espacios de participación. La
sensación de reciprocidad y la capacidad de fidelización que produce la
participación de la audiencia en un programa en directo son elementos clave a
la hora de comprender por qué la relación entre el oyente y su transistor es
tan fuerte.
Y a esa cercanía
también contribuye la inmediatez de la radio, que permite que la comunicación
se produzca sin intermediarios: el oyente siente que su locutor favorito le
susurra al oído cada mañana las noticias de la jornada. Por eso, la radio
genera un vínculo sentimental con el oyente que otros medios no han logrado.
Con todo, el
argumento de mayor peso es la compatibilidad de la radio con nuestras
actividades diarias. La radio es el medio que siempre estuvo ahí. En el coche,
en la peluquería, mientras hacemos las tareas del hogar, cuando nos duchamos,
cuando hacemos deporte... Su presencia en nuestro día a día es muy elevada y,
aunque en ocasiones no es más que un sonido de fondo, solo hace falta que se
produzca un suceso de última hora o que suene una canción que nos guste para
que subamos el volumen y prestemos atención.
Los retos
pendientes
Pero la
adaptación es imprescindible. Berdasco defiende la necesidad de “nuevos
formatos, nuevas voces y nuevos ritmos que se adapten a las nuevas realidades”.
Carlos Herrera reunió hoy en su programa Herrera en Cope a Iñaki Gabilondo,
José María García y Luis del Olmo que, junto al propio Herrera, son,
probablemente, las voces que más han marcado el periodismo radiofónico en
España. Sin duda se trata de un momento histórico para este medio, mas no por
lo que comienza, sino por lo que termina. Estas personalidades y su forma de
hacer radio cada vez tienen menos validez y aceptación entre el público, por lo
que se precisa una importante renovación.
Y esta vendrá, en
gran medida, de Internet, que ha permitido que muchas personas se lanzaran a
hacer radio con menores costes y procesos más sencillos. También los podcast,
tanto los que producen las grandes cadenas de radio como los que se generan por
grupos ajenos al medio tradicional, están aportando más competencia, diversidad
de temáticas y formatos e innovación.
Asimismo, el paso
de la radio analógica a la digital parece inevitable. Noruega se convirtió en enero en el primer país del mundo en apagar su señal de Frecuencia Modulada
(FM), pero dadas las aparentes ventajas, es probable que otros países se le
acaben uniendo tarde o temprano.
Y mientras la
radio se adapta para seguir sobreviviendo, aprovechemos el día de hoy para
disfrutar, aprender o convivir con un medio que, como nos recuerda la profesora
Berdasco, sigue siendo el de mayor penetración en el mundo, sobre todo en las
zonas más desfavorecidas.
(Publicado en Neupic)
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