sábado, 3 de junio de 2017

Review 'All Hail King Julien' - Temporadas 1 a 3


Tras varias secuelas y el spin-off, tanto en forma de película como de serie de televisión con ‘Los pingüinos de Madagascar’, podría parecer que el universo ‘Madagascar’ estaba ya casi agotado. Pero entre Netflix y Dreamworks consiguieron alargar el chicle hasta unos límites que deberían haber resultado inadecuados. Y ha sido uno de los personajes más irritante de todos el que consiguió en 2014 su propio spin-off.

El rey Julien, monarca de los lemures, adicto a la fama y a la fiesta, necesitaba una serie para narrar su obra y milagros. Se trata de un personaje pedante y egocéntrico, rodeado por unos súbditos –sobre todo el fidelísimo Mort, todavía más cargante y con una voz aguda casi insoportable– simples y estereotipados. 

¿De momento, ni una palabra buena, verdad? Pues ‘All Hail King Julien’ resulta mucha más divertida e imprevisible de lo que cabría esperar. Y esto es debido, en parte, a su nulo sentido del ridículo.

A pesar de que cuesta coger cariño a los personajes y llegar a encontrar la gracia a unos chistes basados en gran medida en la reiteración episodio tras episodio, la serie se acaba volviendo adictiva. Es, sin duda, uno de esos placeres culpables que disfrutas aunque sabes que estás ante algo muy sencillo. Mas su concepción un tanto anárquica e imprevisible, con un humor que combina lo repetitivo, lo escatológico y los juegos basados en la voz y la música, consigue desatar la risa en ocasiones que, pensándolo bien, no deberían resultar tan divertidas a un adulto. Sin embargo, y pensándolo aun mejor, lo cierto es que hay una notable inteligencia en la serie, que se camufla tras chistes y aventuras aparentemente inofensivos. 

Y es que puede parecer sencilla, pero es mucho más impredecible y mucho menos complaciente que la mayoría de productos similares. No todos los finales son completamente felices y no siempre es posible extraer una moraleja socialmente aceptada, algo bastante poco frecuente y que le otorga, sin duda, una frescura muy bienvenida, liberándose de la rigidez que acompaña a este tipo de series.


Fresca es también, y bastante pegadiza, la música, como no podía ser de otra manera con un rey tan bailongo y moderno. Un rey, el protagonista, bastante plano, como el resto de personajes. Pero eso, llevado casi hasta el extremo, consigue resultar cómico. De hecho, las mayores carcajadas las generan en ocasiones los personajes secundarios, limitados a menudo a una frase que esperas durante todo el capítulo y que celebras cuando aparece, o ridiculizados con una crueldad bastante inocente, aunque poco habitual en una serie infantil.

Y ahí reside su virtud, en esa incorrección, escapando de cánones y sin buscar transmitir valores a los niños, centrándose solo en hacerles disfrutar con un humor básico y ágil que resulta acertado para ellos, pero que, por el mismo motivo, y por su toque gamberro, también permite que los adultos pasemos un buen rato.

Puede que ‘All Hail King Julien’ no sea nada especial, pero sí que tiene algo diferente. Y al verla pueden ocurrir dos cosas: o profundizamos en la serie para descubrir que nuestros lemúridos amigos ofrecen en realidad más de lo que aparentaban; o nos quedamos en la superficie y disfrutamos como niños. En cualquier caso, nos daremos cuenta que los peores chistes a menudo son los que más gracia tienen.

P.D.: Por el momento la serie ha tenido un total de cuatro temporadas y una quinta adicional en forma de serie independiente: ‘All Hail King Julien: Exiled’. En Netflix España solo está disponible la primera temporada por ahora.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

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