viernes, 29 de marzo de 2019

[Cine] Crítica: 'Bauhaus' (2019). La mujer en la centenaria Bauhaus

Coincidiendo con el centenario de la institución el 1 de abril, Filmin estrena 'Bauhaus', retrato de una institución y sus mujeres en una época convulsa y apasionante de la Historia alemana



El 1 de abril de 1919 se fundaba en Weimar, de la mano de Walter Gropius, la Bauhaus, una de las escuelas de arquitectura y arte –aunque reducirlo a eso es simplista e injusto– más influyentes de la Historia. Conmemorando el centenario de la institución se estrena en Filmin ‘Bauhaus’ ('Lotte am Bauhaus'), una producción para la televisión alemana basada en la vida de Alma Siedhoff-Buscher, diseñadora de juguetes y mobiliario infantil.

Concebida como una película con vocación didáctica, este largometraje emitido originalmente en la cadena alemana Das Erste, realiza dos reivindicaciones de gran relevancia. Por un lado, el de las mujeres de la Bauhaus y por el otro el de la propia institución. El de las mujeres resulta clave porque, a pesar del progresismo de la escuela, el recientemente adquirido derecho al voto de las mujeres alemanas y la etapa de rebelión y efervescencia socio-cultural que se vivía en esa época en algunas ciudades de Alemania, las mujeres seguían discriminadas, sus talentos, cuestionados, y sus voluntades, sometidas a las de los hombres. Así, la mayoría de nombres que se asocian a esta escuela son los de Walter Gropius, Mies van der Rohe, George Grosz o László Moholy-Nagy –en efecto, todos hombres–, si bien es cierto que la historia y los diseños de Alma Siedhoff-Buscher representan perfectos ejemplos del estilo y el espíritu de la Bauhaus

De la misma forma, y entrando ya en esa segunda reivindicación de la película, la cinta muestra cómo la Bauhaus ejemplificaba de forma idiosincrática el zeitgeist, el espíritu de los tiempos, de la República de Weimar. De hecho, no es pura coincidencia que Gropius fundara la escuela hace justo un siglo en la ciudad que daba nombre al periodo de la historia alemana que transcurre entre su derrota en la I Guerra Mundial en 1918 y la llegada de los nazis al poder en 1933. Esa época de conflictividad política y frecuentes brotes de violencia fue también el escenario para una creatividad artística y de pensamiento que dio lugar a figuras del nivel de Bertolt Brecht, Friedrich Wilhelm Murnau, Thomas Mann o Walter Benjamin y, ampliando el foco a la vecina y hermana Austria, a Stefan Zweig, Fritz Lang o Sigmund Freud. La mayoría de ellos, como los miembros de la Bauhaus, representaban esa apertura de mentes y ese arte "degenerado" que tanto soliviantaban al nazismo. 

Buen producto que no hace justicia a lo que representa


Tanto el papel de la Bauhaus como la situación de las mujeres de la institución, enmarcados ambos elementos en un convulso, aunque apasionante, momento histórico, son retratados en el film de una forma excesivamente convencional. La intención didáctica de la producción tal vez le reste atrevimiento, impidiendo que haga justicia a lo que significó el movimiento. La narración es poco elaborada, sin la fuerza y el dramatismo que demanda la historia. También las interpretaciones resultan correctas, destacando el gran trabajo protagonista de Alicia von Rittberg, pero infrautilizadas, sin explorar la profundidad y evolución de los personajes. En general, se desprende su concepción como producto televisivo masivo, correcto, pero sin complejidad ni sutileza.


La calidad de la obra es innegable, mas no corre los riesgos que sí corrían los rompedores diseños de una escuela que cambió el arte, la arquitectura y el interiorismo para siempre. Quizás la Bauhaus y, en concreto, las mujeres que formaban parte de ella, hubieran merecido algo más. No obstante, bienvenido sea este intento de poner en valor esta institución creada hace ahora 100 años. 

Lo mejor: la trascendencia de la historia 
Lo peor: la narración es sencilla y plana 
Nota: 7.5/10

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

sábado, 16 de marzo de 2019

[Series] 'The Bisexual': Desiree Akhavan alarga, que no amplía, su universo

Tras su interesante puesta de largo con ‘Una chica de Brooklyn’ y su consagración con ‘The Miseducation of Cameron Post’, Desiree Akhavan dirige esta serie de seis episodios que llegó a Filmin el pasado 15 de marzo 


The Bisexual, Desiree Akhavan, crítica, Filmin

Analizando ‘Una chica de Brooklyn’ (‘Appropriate Behavior’), establecíamos comparaciones com ‘Master of None’ o ‘Girls’. No resultaría nada equivocado –es cierto que tampoco resultaría nada original–, volver a recurrir a ellas para hablar de ‘The Bisexual’, la serie estrenada en noviembre en Hulu y que el 15 de marzo llegaba a España de la mano de Filmin[1]. De hecho, definirla como una ampliación de ‘Una chica de Brooklyn’ sería lo más correcto y sencillo.

De nuevo, Desiree Akhavan dirige, escribe y protagoniza esta serie con seis capítulos de 30 minutos, en los que vuelve a retratar la historia de una lesbiana de origen iraní –en este caso en Londres en lugar de en Brooklyn, lo que, a efectos prácticos, tiene casi las mismas implicaciones–, que, tras romper con su pareja desde hace muchos años, se muda a una nueva casa –en esta ocasión, con un profesor que hace mucho tiempo publicó un exitoso libro– y comienza una serie de relaciones esporádicas tanto con hombres como con mujeres. Ambas, serie y película, introducen flashbacks en la narración y complementan la trama principal con historias secundarias que permiten analizar y criticar elementos de la sociedad en la que se sitúan, si bien es cierto que la serie, por su extensión, consigue profundizar más. 

Sus reflexiones no son siempre novedosas ni impecables, rozando algunas de ellas una cierta exageración o caricaturización, pero consigue algunas explicaciones verdaderamente inteligentes e interesantes, tanto en lo que significa la identidad homosexual para una persona que ha tenido que luchar para salir del armario como en lo referente a los tabús que internet y las nuevas generaciones han derribado en ese aspecto. El reflejo de la sociedad posmoderna y de la generación millennial (que recordemos que no son los adolescentes actuales, sino los que rondan la treintena) es acertado y bastante fiel, tanto en el contenido –la discriminación por motivos de género u origen, el emprendimiento digital o la sobreprotección de los niños están, aunque de forma más tangencial, también presentes– como en el tono.

The Bisexual, Desiree Akhavan, crítica, Filmin

Esto se traduce en una comedia divertida, irónica y sarcástica, generalmente alegre, mas con un fuerte poso de pesimismo, inseguridad y desorientación. Es la misma línea que seguía en ‘Una chica de Brooklyn’, con la que también comparte estética, pero resulta tal vez menos arriesgada y más madura, mostrando una ligera evolución en la forma, que no el fondo, de los trabajos de Desiree Akhavan. 

De esta forma, el universo de la creadora iraní-estadounidense sigue creciendo. No se amplía, por ahora, a nuevos horizontes, pero se confirma como uno de los más exquisitos del panorama independiente actual y uno de los más relevantes en temática LGTBIQ+.

The Bisexual, Desiree Akhavan, crítica, Filmin


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)


[1] Para todos esos espectadores huérfanos de ‘Día a día’ que ahora se indignan por su no renovación –como antes ocurrió con ‘Sense8’–, tal vez estáis ladrando al árbol equivocado. Sin entrar en debates mucho más complejos que afectan a la industria, la hipocresía del marketing o la visibilización de determinados colectivos, para poder exigir a Netflix y los gigantes del streaming que den espacio a ciertos temas, haciendo que estos lleguen al mainstream y se logre esa tan necesaria visibilidad, a lo mejor conviene empezar por prestar más atención a Filmin y a productos como este de Desiree Akhavan.

lunes, 4 de marzo de 2019

[Series] 'Press': Acertada y desfasada crítica periodística

Desde el 26 de febrero está disponible en Filmin ‘Press’, un entretenido análisis del periodismo británico que, aunque desfasado y con errores, refleja el fondo de una profesión cargada de ironías y claroscuros


Press, Serie

Un escritor tan británico como Charles Dickens inició una de sus novelas, ‘Historia de dos ciudades’, con la famosa cita: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura”. En los últimos tiempos, utilizar esta frase para referirse a la situación del mundo y, en concreto, del Reino Unido, se ha convertido en algo habitual. Tampoco creo ser el primero que la utilice para referirse a la situación de los medios de comunicación y la prensa. Y de nuevo, es particularmente válida para hablar de los medios de comunicación británicos: pocos países tienen la tradición periodística y los medios de referencia (BBCThe EconomistThe GuardianFinantial Times) del Reino Unido; pero también son pocos los que tienen tanta prensa sensacionalista (The SunDaily MirrorDaily ExpressDaily Mail) y con tanta influencia.

De esa doble cara del periodismo del Reino Unido bebe ‘Press’, centrado en las redacciones de dos periódicos con sede en Londres. The Post y The Herald, ubicados en dos extremos de una misma plaza, reflejan esos dos modelos: The Post es un diario sensacionalista y conservador con claras semejanzas con The Sun; y The Herald es un medio progresista de calidad, con una tipografía y una política que recuerdan con claridad a The Guardian. Así, los elementos más destacados de la serie son la comparación de dos formas de entender la información, los debates sobre la deontología profesional y las reflexiones sobre el futuro de la prensa en papel

De hecho, se establece una suerte de sinécdoque al asociar periodismo y prensa diaria, a la que considera, si no la única forma de periodismo, sí la más pura. Y esa es, probablemente, una aproximación simplista que, de hecho, ha contribuido a que los propios periódicos sean en parte responsables de su declive (y hablamos aquí del declive que se produce en la realidad, no en la serie). En este sentido, la serie parece olvidar que la forma de hacer periodismo en la redacción de un periódico no es aplicable a otros medios y que el funcionamiento de la profesión ha cambiado de forma radical en los últimos años

Mejor como drama que como análisis realista

Parece, en realidad, que ‘Press’ refleja una situación más propia de finales del siglo XX, cuando conseguir una exclusiva en la portada del diario matutino era el mayor fenómeno mediático. Eso ha cambiado en la actualidad y la portada de un diario ha perdido progresiva importancia, pues la noticia que vaya en la primera plana no suele influir significativamente en sus ventas ese día. Tampoco suele ser relevante la búsqueda de la exclusiva entre los diarios, al menos no en temas como los que se reflejan en la miniserie, algo más propio de medios digitales o de la televisión. Tampoco es habitual que una noticia bomba se reserve al diario de la mañana y no se cuelgue con anterioridad en la red. Tampoco tiene lógica que la lucha entre dos periódicos con modelos tan diferentes sea tan encarnizada: en la realidad The Post y The Herald no serían competidores. [1]

Press, Serie,

En general, el retrato de la profesión es poco realista. O, por lo menos, muy poco actual. No obstante, la miniserie creada por Mike Bartlett sí resulta acertada como alegoría y crítica de lo que esconde el mundo del periodismo. Los detalles no son verídicos, algunos personajes están caricaturizados y la imagen que se presenta está claramente desfasada, pero hay verdad en el análisis de la moral de los periodistas y de sus relaciones con el poder. Si se obvia la forma, el fondo es muy atractivo, censurando algunos comportamientos de la profesión y sin caer en esa idealización tan frecuente en series o películas sobre periodistas. 

Pero hay más aciertos, desde las notables interpretaciones –con Ben Chaplin y Charlotte Riley en los papeles protagonistas– hasta el trabajo de la cámara, que en determinados momentos se acerca mucho al rostro de los personajes, logrando picados que acentúan la intensidad. ‘Press’ resulta además dinámica, con unas dosis de drama y emoción muy atractivas y con una narración bien construida, creciendo en tensión. Así, si en los primeros tres capítulos de la miniserie, en los que predomina la comparación entre las dos redacciones, los fallos de la serie son más visibles, en los tres últimos, en los que el drama personal gana peso y el análisis de la profesión y la industria pasa a un lugar más secundario e indirecto, la serie funciona mucho mejor

Así, el mayor error de ‘Press’ es prestar demasiada atención a detalles y a aspectos periodísticos, en los que se equivoca, en lugar de explotar la combinación de entretenimiento y crítica sutil, en las que es mucho más solvente. Y es que en una serie de televisión no siempre es necesario elegir entre dos modelos como los del Herald y el Post, sino que a veces es posible combinar ambas formas de aproximarse a la verdad. 



(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

[1] [SPOILER] Tampoco el secuestro de la portada de The Herald es coherente, ni el drama que se desata tras ello, ni los cambios tan bruscos de periodistas entre una redacción y otra, ni la conversión de The Herald a un periódico gratuito…