sábado, 3 de octubre de 2015

El AVE, la Renfe y la honradez

FOTO: Claudio Álvarez
Tras varios años de retraso y de promesas incumplidas por gobiernos de distinto color político, el pasado 29 de septiembre, Rajoy y demás personalidades llegaban a León a bordo del flamante AVE para hacerse la foto (las Elecciones se acercan). Ese día se inauguraba el tramo de alta velocidad que une Valladolid con Palencia y León. Estas dos ciudades quedaban conectadas con Madrid a través de la alta velocidad.  

El tema del AVE es uno de los más interesantes que se pueden plantear en un país con unos gobernantes que gustan de lo grandioso de las infraestructuras innecesarias. Llámense trenes o aeropuertos. Como leonés, y para no tirar piedras contra mi propio tejado de pizarra, no voy a entrar en este asunto. En su lugar, este artículo tratará sobre la honradez.

Vayamos por partes: el día 30, cuando la línea de AVE Madrid-León entró en funcionamiento, lo hacía con jugosos descuentos que permiten viajar desde la capital a Palencia por 15 euros y a León por 20. Se trata de una oferta muy llamativa (que no ha hecho gracia, por cierto, a las líneas de autobuses) y para la que, en sus primeros días de campaña, ya se habían vendido 22.000 billetes entre Madrid y León.

Hasta aquí, todo correcto: una jugosa promoción capaz de atraer a viajeros y de dar a conocer la nueva línea. Solo existe un fallo, y es que el tramo de esta línea que ya existía (entre Madrid y Valladolid) ha mantenido sus precios. Por lo tanto, viajar entre Madrid y Valladolid cuesta hasta 60 euros, mientras que un trayecto más largo hasta Palencia o León saldría por bastante menos dinero.

Un viajero que se percató de esto planteó a Renfe la siguiente cuestión a través de Twitter: “¿qué impide a los viajeros en AVE con destino Valladolid comprar un billete a Palencia (mucho más barato) y bajarse antes?” “¿La honradez, por ejemplo?” fue la respuesta del community manager de Renfe.

Han sido numerosos los medios de comunicación locales, regionales y nacionales que ya se han hecho eco de este debate. Por lo general, se ha tratado esta información desde un punto de vista “poco honrado”. En primer lugar, parece que se publica la información para aquellos viajeros a Valladolid que no se hayan enterado del gazapo y se quieran ahorrar un dinero. También se ha criticado la “metedura de pata” de Renfe. Y hasta ha habido burlas por su apelación a la “honradez”. También se ha mencionado, ahora ya con más criterio periodístico, que es posible que muchos asientos para Palencia y León no se cubran por culpa de aquellas personas que, bajándose en Valladolid, hayan adquirido pasajes para un trayecto más largo.

A estas publicaciones se han sumado los comentarios en los propios medios o en otras redes sociales que han criticado la falta de honradez de la propia compañía de trenes por fijar esos precios. He llegado a leer a alguien que censuraba la actuación de quien planteó su duda a Renfe porque así lo que se va a lograr es que quiten la oferta. Otros, los más, decían que pedir honradez en España resulta un tanto cómico, y más si es Renfe quien lo plantea.

Independientemente de si Renfe actúa de forma honrada o no. Independientemente de si consideramos que esta promocion (que no deja de ser una campaña de marketing como otras tantas que se realizan a diario) es correcta o no. Independientemente de si entendemos los precios de AVE como un abuso. Independientemente de todo eso, si quieres ir a Valladolid y te compras un billete para Palencia para ahorrarte dinero, no estás actuando con honradez.

Puede ser justificable y muy necesaria para algún maltrecho bolsillo. Y puede ampararse en la propia culpa de Renfe. Y puede argumentarse que la propia compañía ya contase con ello. Incluso podemos pensar que nadie en su sano juicio pagaría el precio completo si fuera consciente del truco. Podemos plantear mil razones de peso, pero es innegable que se trata de una falta de honradez. Quizá no sea un proceder del todo censurable. Pero sin duda, lo que no es, es honrado.

Este no deja de ser otro ejemplo de esa picaresca española que tanto nos gusta y enorgullece. Común a muchos (incluido quien escribe), y sin mala intención, pero no por ello más honrada. Y que no se nos olvide la próxima vez que critiquemos la poca honradez de los políticos, de los empresarios o de la Renfe. 

Quizá sería bueno empezar a actuar con verdadera honradez para poder después exigir lo mismo a los demás. Pero claro, a ver quién es el listo que paga 60 euros pudiendo pagar 15 sin consecuencia alguna...

(Publicado en Neupic)