domingo, 22 de marzo de 2020

[Documental] Crítica: ‘Ciberguerra en las Elecciones Estadounidenses’. La puerta trasera para la manipulación electoral

HBO estrena el documental ‘Kill Chain: The Cyber War on America’s Elections’, que destapa las vulnerabilidades del sistema de voto electrónico en las elecciones estadounidenses, aunque con una argumentación floja e insuficiente


Ciberguerra Portada

Al analizar ‘Posverdad: La desinformación y el coste de las fake news’ hablábamos del fenómeno de las noticias falsas como una amenaza para las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos que deben celebrarse este año. Esas campañas de desinformación son, en realidad, una forma de guerra asimétrica y de terror cibernético cuyo objetivo no es necesariamente convencer de una mentira, sino que suele ser suficiente con introducir duda y caos en un sistema. La guerra cibernética es muy amplia, desde el robo de información hasta el hackeo de recursos e instalaciones críticas, y constituye una amenaza de la que ningún país está libre. Y menos el país más poderoso e intervencionista en el exterior del mundo: Estados Unidos.

‘Kill Chain’, que llega a HBO España el próximo 27 de marzo, es un documental bastante preocupante sobre la falibilidad y vulnerabilidad del sistema de votación existente en Estados Unidos, en el que cada estado tiene capacidad de decidir el sistema y en el que en gran parte de los centros de votación utilizan máquinas electrónicas, sin papeletas que puedas ser verificadas antes un hackeo o fallo de unas máquinas obsoletas y más expuestas a ello de lo que las autoridades estadounidenses quieren admitir. Cuenta con la participación de hackers y expertos en ciberseguridad, con Harri Hursti a la cabeza, que demuestran en repetidas ocasiones algo que ya habían demostrado en 2006, en el documental ‘Hacking Democracy’: que el sistema de voto electrónico estadounidense es menos seguro de lo que sus responsables defienden. 

Si lo que se cuenta en el documental es cierto, la amenaza es inmensa y la situación es inquietante. Por supuesto, no hay motivos para dudarlo; ahora bien, salvo para los mayores expertos, el documental no permite comprobarlo, pues realiza una aproximación muy poco didáctica y de difícil acceso para el ciudadano medio, que puede creerse estos argumentos como puede creerse los contrarios, ya que resultan, en su mayoría, inalcanzables.

Un abordaje insuficiente


Al mismo tiempo, y a pesar de la gravedad de lo que se muestra, no parece suficiente, pues es repetir lo mismo una y otra vez: esta máquina se puede hackear; esta máquina da errores; esta máquina ya la hackeé en 2006. El cúmulo de errores y problemas a los que se alude es inmenso, pero no deja de ser un mismo problema en diferentes estados y con diferentes máquinas. Se echa en falta una aproximación más completa del problema, abordando quién, cuándo, cómo y por qué. Que las máquinas son hackeables e inseguras puede demostrarse en diez minutos, dejando los ochenta restantes para abordar otras derivadas de la situación, sobre todo si el título ambiciona “la guerra cibernética contra las elecciones americanas”.


Harri Hursti

La otra limitación de la obra es la de no dar voz a la otra vertiente, la de quienes defienden la seguridad del sistema. Es cierto que el documental busca la denuncia, pero la matización de las acusaciones a través de la inclusión de opiniones enfrentadas le hubiera añadido riqueza y, probablemente, mayor capacidad persuasiva. Lo mismo hubiera ocurrido con un repaso más global de la situación, observando errores y aciertos de otros sistemas. Así, la apresurada conclusión de que la solución es utilizar papeletas que garanticen la revisión en caso de duda, error o ataque informático, aunque a priori acertada, no tiene la suficiente justificación.  

Un documental que pretende destapar una amenaza tan importante, con acusaciones de tal gravedad y con unas ambiciones tan elevadas no puede abordar el problema desde una sola perspectiva, con un número tan reducido de voces y con un foco tan limitado del problema. Es encomiable y muy necesario el objetivo, lo que falla es el proceso para lograrlo; es una lástima, pues, con mejores argumentos, esta obra tendría que sacudir el proceso electoral en el que se encuentra la todavía nación más poderosa del planeta. 

Lo mejor: la urgencia e importancia del tema
Lo peor: la insuficiencia de los argumentos
Nota: 5,5/10

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

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