jueves, 20 de julio de 2017

Merkel se prepara para su cuarto mandato

FOTO: REUTERS/Axel Schmidt


Las críticas de izquierda y derecha hacia Angela Merkel por su gestión de la crisis de refugiados, el ascenso de los ultraderechistas de Alternativa por Alemania y el nombramiento a principios de año del hasta entonces presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, como candidato del Partido Socialdemócrata parecían augurar unas elecciones difíciles para la canciller. Pero en los últimos meses sus opciones de lograr un cuarto mandato han vuelto a aumentar.

El pasado mes de junio, en el debate y votación para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, el socialista Thomas Opperman se refería a esta decisión como “quizás mala para la coalición, pero buena para las personas”. En efecto, la alianza entre los socialistas del SPD y los democristianos de la CDU de Merkel, no pasa por su mejor momento. Sin embargo, parece el resultado más probable de los comicios que se celebrarán el próximo 24 de septiembre en Alemania.

Unas elecciones tradicionales

Pese a la irrupción de partidos populistas y extremistas en diversos países europeos y la ruptura de gran parte de los bipartidismos, los comicios alemanes podrían considerarse en gran medida continuístas. Según las encuestas, tanto la CDU como el SPD perderán votos, mas no se esperan grandes cambios en la composición del Parlamento, pues ambas fuerzas seguirán como primera y segunda. Lo más probable es que se repita una gran coalición entre ambos, liderada por los conservadores.

Como es habitual en el Parlamento germano, las mayorías absolutas están casi descartadas y la única alternativa viable sería un acuerdo de los conservadores con el Partido Democrático Libre (FDP), como ya ocurrió entre 2009 y 2013. Tras el descalabro sufrido por los liberales en los últimos comicios, en septiembre se espera que alcancen la tercera posición. Pero el margen de esta coalición es muy escaso (según la mayoría de encuestas, menos de diez escaños en un Parlamento formado por 598 diputados), por lo que la suma de ambas fuerzas podría no ser suficiente.

Junto al FDP, el otro partido que aumentará su representación en el Bundestag es Alternativa por Alemania (AfD). La crisis de los refugiados, el ascenso de partidos similares (el Frente Nacional francés, el partido de Geert Wilders en Holanda o el FPÖ en Austria) y sus buenos resultados en elecciones locales y regionales en los dos años pasados hacían pensar que AfD podría ser uno de los protagonistas de estas elecciones; pero las derrotas de los partidos de ultraderecha en los últimos meses y la menor importancia del tema de los refugiados en la opinión pública europea han frustrado sus perspectivas. Aunque crecerán con respecto a 2013, las listas que encabezan la economista Alice Weidel y el veterano jurista y antiguo miembro de la CDU Alexander Gauland no alcanzarán una presencia suficiente para ser relevantes.

Dúos al frente de sus listas

De hecho, se espera que no superen ni a Die Linke (La Izquierda) ni a Die Grünen (Los Verdes). Ambos partidos concurren a las elecciones de septiembre con dúos al frente de sus listas: la radical Sahra Wagenknecht y el moderado Dietmar Bartsch lideran Die Linke, mientras Katrin Dagmar Göring-Eckardt y Cem Özdemir hacen lo propio al frente de los ecologistas. Las dos fuerzas de izquierda, más suavizada en el caso de Los Verdes, rondarían el 8% de los votos, con cifras muy similares a las obtenidas hace cuatro años, aunque menores de lo que predecían en 2016.

Y es que a lo largo del 2017 la política alemana ha vuelto a lo que podríamos considerar normal: las llegadas de refugiados han caído; el CSU de Baviera y el partido de Merkel, tradicionales aliados que se habían distanciado por la política aperturista de la canciller con los inmigrantes, volvieron a acercar posturas; la economía alemana sigue creciendo por encima de la media de la UE; y todas las crisis que han surgido en Europa, desde el brexit, al conflicto ucraniano o el rescate a Grecia, parecen haberse calmado.

En este contexto, es de esperar que prime el continuísmo y que Merkel consigua su cuarto mandato al frente del Gobierno teutón. Y, aunque con un margen más estrecho, lo lograría de nuevo gracias a una gran coalición. Podría haber sorpresas de aquí a septiembre, pero a los alemanes tiende a gustarles lo previsible.

(Publicado en bez.es)

No hay comentarios:

Publicar un comentario