domingo, 29 de diciembre de 2019

[Series] Review: 'Bauhaus, una nueva era'. Recuerdos para retratar a una escuela rompedora

‘Bauhaus, una nueva era’ se estrenó el 23 de diciembre en Filmin para seguir rememorando el centenario del nacimiento de la Bauhaus, una escuela y movimiento de gran relevancia e influencia


Portada Bauhaus, die neue Zeit

Estamos ya enfilando los últimos días de 2019 y, de todas las efemérides que se han conmemorado este año, seguramente la primera que se nos viene a la cabeza cuando miramos hacia atrás no sea el centenario de la Bauhaus. Sin embargo, la serie que vamos a analizar aquí no es el único producto audiovisual estrenado este año para rememorar el nacimiento de una de las escuelas de arte más relevantes de la Historia. Hace algunos meses hablábamos de ‘Lotte am Bauhaus’, una producción de la televisión alemana que llegaba a España de la mano de Filmin. Dirigida por Lars Kraume y estrenada el pasado 23 de diciembre en la misma plataforma, la serie que hoy nos ocupa, ‘Bauhaus, una nueva era’, es un magnífico complemento. 

En realidad, más allá de cuestiones formales y de las indudables diferencias que se dan entre un largometraje y una serie de seis capítulos, el espíritu de ambas obras es cercano: una intención didáctica que busca transmitir la vocación rompedora de la escuela en un periodo convulso, poniendo en el centro de la trama –probablemente para intentar compensar y denunciar la falta de igualdad en la progresista y revolucionaria Bauhaus– a una figura femenina inspirada en personajes reales. Si en la película de la ARD la figura en la que se basaba la protagonista era Alma Siedhoff-Buscher –Lotte Brendel en la ficción–, en esta serie es Dörte Helm, interpretada por Anna Maria Mühe

A pesar de los méritos artísticos de esta pintora y diseñadora gráfica, la serie pone el foco en su relación con Walter Gropius, fundador y director de la Bauhaus al que da vida August Diehl. De hecho, la serie se estructura en torno a la narración y los recuerdos del propio Gropius, ya anciano, a una periodista en su residencia en Estados Unidos varias décadas después. Es cierto que esto limita el retrato de la escuela y del contexto social, artístico, cultural y político que la rodeaba, pero permite que la narración de los hechos desde la perspectiva de Gropius, recordando cosas diferentes a las que describe a la periodista, juegue con la verdad y la mentira, sin dejar claro cuál fue exactamente la relación entre los dos personajes principales. Por otro lado, la relación –intuimos que violenta– de la periodista con su marido queda también abierta, si bien es cierto que su inclusión no parece estar del todo justificada. El gran peso que tiene el romance de Gropius y Helm también impide en gran medida que la serie se centre en otros aspectos, por lo que no consigue capturar con fidelidad el Zeitgeist de la época de la República de Weimar; se muestra la convulsión política, la lucha de clases, el ascenso del nazismo o el surgimiento de la modernidad tras la Gran Guerra, pero no profundiza ni se adentra suficientemente en ello

Una excusa para describir una escuela 


Sin embargo, la historia de Dörte Helm, presente en aquel trascendental 1919, permite conocer la evolución y los desafíos de la Bauhaus en sus inicios, así como a sus principales protagonistas, incluyendo al propio Gropius, Johannes Itten, Gunta Stölzl o László Moholy-Nagy. Se trata, como ocurría con ‘Lotte am Bauhaus’, de una narración muy pedagógica, que busca justificar continuamente su estructura, intentando con ello transmitir la filosofía y los elementos diferenciales de la Bauhaus. De hecho, y regresando a la comparación con ‘Lotte am Bauhaus’, la mayor duración de la miniserie permite un mayor detenimiento en algunos personajes y momentos clave de la Bauhaus durante sus primeros años de vida, mientras estuvo situada en Weimar, antes de verse obligada a trasladarse por el ascenso del nazismo.

Fotograma 'Bauhaus, una nueva era'

Un elemento muy destacado y atractivo, que sirve como leitmotiv de los seis capítulos de 45 minutos de duración, y como complemento explicativo de lo que simbolizaba la Bauhaus, es la música, casi siempre diegética, proveniente de las fiestas celebradas en la escuela. Una escuela que cambió el arte, el diseño y la arquitectura para siempre, que ejemplificó el espíritu de una época y un país, –la Alemania de Weimar– y que conviene seguir recordando en este año que hemos celebrado el centenario de su nacimiento.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

jueves, 28 de noviembre de 2019

[Series] 'The Accident': la fortaleza frente a la tragedia

‘The Accident’, mejor estreno en la historia de Filmin, relata la tragedia de los habitantes de un deprimido pueblo galés tras un accidente en el que mueren ocho niños y un adulto



the accident leona

Ha sido el mejor estreno en la historia de Filmin. La miniserie con más visionados durante su primer día. Aunque en parte haya que explicar esto gracias al crecimiento de Filmin (debido, entre otras causas, a promociones como la del Black Friday, a su presencia mediática como garantes de un modelo diferente, a su apuesta por una producción europea y clásica o a su pago de impuestos en España sin trucos fiscales), es evidente que el elemento clave es la calidad y el atractivo de la serie. No sé hasta qué punto ‘The Accident’ tiene el atractivo comercial que le garantice ese honor de estreno más visto de la plataforma, pero desde luego sí tiene la calidad y la capacidad de atrapar al espectador que la inicia.

Es cierto que la carta de presentación de ‘The Accident’ es muy llamativa: serie más vista del año en Channel 4, del creador de ‘The Virtues’ y con las protagonistas de ‘Happy Valley’ y ‘Borgen’. Sin embargo, no creo que esto haga justicia a una obra que va mucho más allá, y cuyo verdadero nivel solo se descubre a través de sus cuatro capítulos. Cuatro capítulos de 50 minutos que saben a muy poco, la historia hubiera dado para más y hay elementos en los que se echa de menos más detalle y detenimiento.

Pero esta estructura, en cualquier caso, es muy acertada para relatar una historia sobre un accidente en un edificio en construcción que acaba con la vida de ocho niños y un hombre en una pequeña localidad galesa. Los cuatro capítulos van distanciándose del accidente que tiene lugar en el primer episodio, mostrando los efectos más directos unos días después en el segundo, profundizando en las secuelas y la construcción del caso unas semanas más tarde en el tercero, y centrándose en el juicio a los responsables varios meses después en el cuarto.

El cuidado de los personajes 


Esta organización de la narración permite que la evolución y el análisis interior de los personajes se muestre de forma extraordinaria. Los tres más relevantes, la joven Leona, su padre, Iwan y su madre, Polly –con una genial Sarah Lancashire–, ofrecen una lección magistral de construcción de unos personajes muy complejos, reflejando el patetismo del padre, la fortaleza de la madre y la evolución de la niña.

sarah lancashire the accident

Más allá de estos tres personajes, de los más ricos y redondos que he visto en mucho tiempo, hay un gran elenco en el que fijarse. En realidad, todo el pueblo, como comunidad que busca recuperarse de la tragedia, ejerce como una figura más, ilustrando el drama a nivel colectivo y profundizando, gracias a ese retrato coral, en las particularidades individuales. Este análisis se adereza con la visualización de las regiones periféricas del Reino Unido y de una cierta lucha de clases, algo que, aunque presente de forma transversal en una gran cantidad de obras de distintos lugares, se suele mostrar de manera muy directa en la producción británica –pienso, como ejemplos muy distantes, en ‘Peaky Blinders’ o en cualquier obra de Ken Loach–.

Todo este retrato ambiental y de los personajes se impone al drama judicial, a las consecuencias del juicio y al reparto de culpas, que pierden relevancia y se convierten en una excusa. El accidente que articula la miniserie escrita por Jack Thorne es, en definitiva, un argumento para contar una historia mucho más importante, la de la resiliencia y la entereza de unos personajes tan reales como los que habitan las regiones más deprimidas y olvidadas de nuestros paraísos primermundistas.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

martes, 19 de noviembre de 2019

[Series] 'The Sleepers'. autenticidad checa para ilustrar el fin de la Guerra Fría

‘The Sleepers’, estrenada en HBO España el 17 de noviembre, coincidiendo con el trigésimo aniversario de la Revolución de Terciopelo en Praga, ofrece una compleja historia de espías con un sello muy personal y verosímil


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Hace menos de dos semanas se conmemoraba el trigésimo aniversario de uno de los eventos históricos más determinantes del siglo XX, la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. Unos días más tarde, consecuencia inevitable de aquello, comenzaba la Revolución de Terciopelo, que pondría fin al régimen comunista en Checoslovaquia. Y justo treinta años después del día más determinante de esta revolución, el 17 de noviembre, se ha estrenado en HBO ‘The Sleepers’, una miniserie checa de seis capítulos ambientada en los meses y eventos que cambiaron la Historia de Europa, del mundo y, sobre todo, de países como Checoeslovaquia, que más tarde daría lugar a las actuales República Checa y Eslovaquia. 

La tristeza que se transmite en muchos momentos, la presencia de la música clásica –sobre todo de algún violín lacónico–, el marcado tono pesimista y el uso de una iluminación y colorimetría apagadas son comunes en gran parte de la producción de los países europeos del antiguo bloque comunista, lo que demuestra la influencia que su pasado todavía ejerce en la obra audiovisual de estas naciones. Sin embargo, en esta historia centrada en la Guerra Fría y el cambio de régimen, esa estética y esas sensaciones son especialmente útiles, pues permiten transmitir de manera fidedigna el espíritu que se vivía en la Praga de finales de 1989, con un modelo comunista que se agotaba sin remedio y una libertad y prosperidad que no llegaban.

Desde luego, esta miniserie no hubiera resultado tan verosímil, ni en su estética ni en su ritmo, si se hubiera realizado en otro país, pues son esas peculiaridades de la producción audiovisual de República Checa –extensible, tal vez, a otras filmografías europeas del antiguo bloque comunista– las que le permiten esa autenticidad al aproximarse al tema que articula la trama. Así, de la misma forma que criticábamos hace tiempo la unificación que Netflix había impuesto sobre ‘Criminal’, privándola de la riqueza de sus variaciones nacionales, en este caso hay que alabar la valentía de HBO, produciendo una obra de clara vocación nacional, que, aunque quizás resulte más difícil de seguir para otros públicos, ofrece un valor añadido y diferenciador que debe ser reconocido. 

Historia de espías en el final de la Guerra Fría


En este sentido, también es de agradecer encontrarnos con un trabajo centrado en la Guerra Fría que se aleja de las clásicas historias de espías ambientadas en Estados Unidos o en la Unión Soviética, que apuesta por conocer qué ocurrió con los espías y con los fieles y traidores de ambos bandos una vez que el Telón de Acero hubo desaparecido y, sobre todo, que no se posiciona, dejando claros los abusos cometidos por representantes de ambos bloques y la complejidad que residía tras cada decisión y tras cada traición. De esta forma, ‘The Sleepers’ se va convirtiendo, a medida que avanza, en una historia más y más enmarañada, combinando pistas falsas y verdaderas para el espectador, jugando con el montaje, y añadiendo intriga y tensión.

the sleepers Tatiana Pauhofová

La historia central es la de la mujer de un conocido disidente que, tras regresar a Praga poco antes de la Revolución de Terciopelo, es atropellada por un coche cuando caminaba junto a su marido, que desaparece. La búsqueda que emprenden ella, la Embajada Británica en Praga y los servicios secretos checoeslovacos se van entrelazando, dibujando un juego de alianzas que parecen ir cambiando y que no son fáciles de desentrañar. La narración ofrece numerosos giros y, aunque los capítulos son largos y lentos, están cargados de información y sucesos; es cierto que no es una serie ágil, pero nada de lo que se cuenta es prescindible.

Por último, los nada disimulados movimientos de la cámara, el cuidado y realismo de los decorados, las visiones aéreas de Praga y la inclusión de referencias sutiles e inteligentes a la actualidad son argumentos que añaden valor, complejidad y personalidad a ‘The Sleepers’. Y es precisamente en esa complejidad y personalidad donde reside el mayor atractivo de la obra, aunque también su mayor impedimento para alcanzar a públicos más amplios.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

domingo, 3 de noviembre de 2019

[Series] 'Un espía entre nosotros': Guerra Fría entre pompa y circunstancia

El 29 de octubre se estrenó en Filmin la miniserie británica ‘Un espía entre nosotros’, en la que Stephen Poliakoff aborda una historia de la Guerra Fría en el Reino Unido


fotograma un espía entre nosotros

La Guerra Fría, con su tensión y amenaza constante, con el riesgo de la aniquilación más absoluta, con su extensa duración a lo largo de décadas y con sus efectos en la geopolítica y la organización del mundo hasta el presente, ofrece uno de los telones de fondo más comunes para la ficción en el cine y la televisión. Estamos acostumbrados –y abrumados por ella– a la perspectiva estadounidense, aunque también abundan las historias ambientadas en la Unión Soviética o en aquellos países en los que se separaban el Este y el Oeste, sobre todo en Alemania y, en especial, en Berlín, materialización más evidente del telón de acero. Sin embargo, no son tan comunes las historias de aquellos países que, alineados con una de las dos potencias, vivían la amenaza de una forma más latente, aunque con los servicios secretos igualmente en constante ebullición.

‘Un espía entre nosotros’ (con el título algo más novedoso de ‘Summer of Rockets’ en la versión original) relata precisamente una historia sobre la Guerra Fría en el Reino Unido, uno de los aliados más poderosos de Estados Unidos, todavía poseedor de un vasto imperio colonial y con el MI5 y el MI6 como servicios de inteligencia de referencia. Este país, en el que la pompa y la tradición chocan con la carrera tecnológica y armamentística de la época, ofrece un entorno menos habitual pero muy interesante para este tipo de historias.
La trama se centra en la figura de un inventor judío de origen ruso que acabará viéndose envuelto en una red de conspiraciones y espionaje. Lo más destacado de esta miniserie de seis capítulos que acaba de llegar a España de la mano de Filmin es que esta historia principal está acompañada por varias líneas argumentales secundarias de gran relevancia. Entre ellas, sobresalen el racismo, la ruptura con la tradición de las hijas de la aristocracia de ser presentadas ante la Reina, la supervivencia de un niño con mucha imaginación en un internado o la búsqueda de un hijo desaparecido. Estas tramas, aunque le restan atractivo a la historia principal, que a veces funciona más como excusa que como elemento central, le añaden una notable riqueza a la narración. 


¿Quién es el espía? 



Es cierto que le cuesta arrancar y que la mayoría de las historias avanzan con lentitud, pero desde el comienzo se percibe que hay más de lo que se ve a simple vista y que la narración no da pasos en falso. Además, existe una tensión casi constante que a mitad de la miniserie ha atrapado al espectador, en parte también gracias a la falta de conocimiento sobre el fondo de cada personaje, no sabiendo de quién fiarse ni qué creer, y dudando siempre sobre quiénes son los “buenos” y cuáles son las motivaciones de cada uno.


un espía entre nosotros timothy spall


Esto no es extraño en las obras de Stephen Poliakoff, que refuerza esta cierta confusión con diálogos y situaciones que tienden a la artificialidad, la exageración o la falta de justificación. Se logra, con todo esto, esa sensación de inseguridad y desorientación que refleja con fidelidad lo que se vivía en los peores años de la Guerra Fría, si bien es cierto que es difícil determinar si es esa la verdadera intención del director y guionista británico o si simplemente le sale así.

En realidad, esto me impide decidir hasta qué punto me gusta la serie. Desde el primer momento es evidente todo su potencial y la fuerza de lo que cuenta, y es incuestionable que las interpretaciones son cuidadas –con Timothy Spall o Keele Hawes como nombres más destacados– y tanto los escenarios como el vestuario gozan de una gran belleza. Pero creo no haber comprendido el porqué de parte de lo que sucede y eso le resta un atractivo que, de otra forma, podría haber convertido a ‘Un espía entre nosotros’ en una obra memorable.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

jueves, 10 de octubre de 2019

[Series] 'Modern Love' (2019): Amor en los tiempos de Mr. Wonderful

‘Modern Love’, que se estrena el 18 de octubre en Amazon Prime, ofrece ocho historias ligeras y con un gran elenco de intérpretes sobre el amor en las sociedades occidentales actuales 


anne hathaway modern love

De una forma o de otra, no importa que nos tachen de cursis, debemos admitir que el amor mueve el mundo. Sea amor a tu pareja, a tu familia, al prójimo o, a menudo, amor al dinero, siempre está ahí. El sentimiento es universal y atemporal, pero sí que evoluciona su expresión, su significado y su interpretación. ‘Modern Love’ parece aspirar, al menos en su concepción, a ser el tratado definitivo sobre cómo entender el amor en la actualidad. Por suerte, esa concepción se abandona y, en su lugar, ofrece ocho historias sencillas y mucho más intimistas que, si bien no realizan un retrato novedoso o rompedor del amor contemporáneo, sí que se acercan de una forma entretenida a la esencia de cómo vivimos el amor ahora que estamos a punto de empezar la tercera década del siglo XXI.

Se trata de una serie antológica compuesta por ocho episodios de unos treinta minutos con el amor como elemento central, pero entendiendo este amor de forma amplia, sin el reduccionismo ni la gravedad del amor romántico. De hecho, aunque es verdad que las relaciones de pareja más o menos convencionales son predominantes, hay abundantes reflexiones sobre un amor que va mucho más allá de ellas. El amor a uno mismo, el amor paterno o materno-filial o la amistad –quizá una de las formas más puras de amor– están presentes de forma subyacente y más protagonista de lo que se percibe a primera vista. 

Está la historia del portero de un edificio, que se convierte en el mejor apoyo de una madre soltera y su hija. La del creador de una aplicación de ligue que retoma su primer amor gracias a una periodista. La de una mujer a la que su bipolaridad impide relaciones de amistad o de pareja duraderas. La de una pareja que acude a terapia para poder salvar un matrimonio anodino y gastado por la rutina. La de una chica con la necesidad patológica de gustar, que acompaña, durante una noche de hospital, al chico que acaba de conocer. La de una joven que ve en un compañero de trabajo mucho mayor una figura paterna. La de una chica embarazada acogida por una pareja de homosexuales. La de una pareja de ancianos que comienza su relación ya en el final de la vida. 

Son historias desiguales, algunas muy bonitas –como la primera–, otras con muchísimo cine –la tercera– y otras más convencionales –la cuarta–. Cada una de ellas tiene una estética y una narración propias, si bien es cierto que todas comparten unos rasgos comunes, como son la de tener a Nueva York como escenario o ese ambiente hípster y excesivamente positivo que sirve de elemento cohesionador. 

Retrato de la sociedad contemporánea


También comparten el predominio de la sencillez y la contención, con un marcado buenrollismo y optimismo, cercano al cargante estilo de Mr. Wonderful. Quizá sea esta otra señal más de ese espíritu hípster que recorre toda la serie, y que se hace patente en aspectos que van desde los entornos laborales que se observan hasta el vestuario, pasando por las viviendas de los protagonistas y la propia imagen que se ofrece de la ciudad. Incluso los títulos de cada entrega, propuestas originales y muy descriptivas, se aproximan a ese estilo desenfadado, distante e ‘intensito’ de la posmordenidad. Más allá de que nos atraiga o no, hay que reconocer la gran capacidad de mímesis que se consigue con este contexto social y esta filosofía de vida de las sociedades occidentales.

modern love poster

Además, ‘Modern Love’ aborda algunos de los fenómenos que afectan con mayor intensidad a estas sociedades modernas, como las enfermedades mentales o la maternidad en solitario. No obstante, la manera de afrontarlos es un tanto superficial, pues se busca evitar los excesos o los dramas más impactantes, por lo que casi cualquier tema que se toca queda más esbozado que analizado en detalle, recurriendo siempre a finales felices e historias ligeras. 

Cuenta, para ello, con un reparto de excepción: Anne Hathaway, Dev Patel, Andy García, Julia Garner, Andrew Scott, Tina Fey, Catherine Keener, John Slattery o Sofia Boutella, entre otros. Son uno de los grandes atractivos de una serie suave, sin estridencias y que, sin destacar para bien ni para mal, sí que realiza un retrato bastante acertado, por intrascendente, de la modernidad.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

miércoles, 9 de octubre de 2019

[Cine] Crítica: 'Joker' (2019), de Todd Phillips. Cine a pesar de todo

Joaquin Phoenix logra una interpretación irrepetible en una cinta perturbadora y brutal que derrocha cine y que escapa de cualquier polémica o convención


joker joaquin phoenix robert de niro

La polémica que rodea a un estreno cinematográfico –de cualquier expresión cultural, en realidad– no suele girar en torno a cuestiones propias de la obra, sino a aspectos externos: se trata con frecuencia de un análisis sociológico más que dramático o estético. Ha vuelto a ocurrir con ‘Joker’: cuestiones sobre el cine de superhéroes o la representación e incitación a la violencia han nublado, sin llegar a cubrir ni oscurecer, una película que rebosa cine en todas sus dimensiones

Es irrelevante qué aspecto cinematográfico escojamos, porque la obra de Todd Philips resulta excelsa en prácticamente todos. Sorprendente, por inesperado, el magistral uso de la luz, insuficiente y vacilante, con el foco de la misma en pantalla, y con un juego de sombras que aporta gran riqueza, mas también mucho desasosiego. A eso contribuye también un uso del color, con tonos apagados que contrastan con la viveza de un payaso. Y en esta transmisión de sensaciones y angustias hay un tercer elemento poderosísimo: la música. Mucha cuerda y gravedad para acentuar esa tensión contenida, siempre a punto de desatarse. Es uno de los puntos clave de este trabajo, pues incentiva la incomodidad y la locura, tanto del protagonista, como de la sociedad que le rodeaUna sociedad ruidosa y enfurecida, como se transmite también gracias al sonido y los efectos visuales: esa tarea de ambientación de Gotham es clave para que el espectador no pueda evitar removerse en su asiento cada vez que las luces del metro se apagan o cada vez que un personaje debe caminar por unas calles sucias y amenazantes. 

También el guion hace su parte, aportando una consistencia y coherencia a la historia que, junto a una narración calmada y sin exceso de artificios, consigue que el descenso a los infiernos de Arthur Fleck resulte impactante e inevitable. No es necesario efectismos ni sorpresas como en una cinta de superhéroes, sino que la brutalidad de la historia se encarga de actuar como hilo conductor. De esta forma, no siempre es necesario mostrar, sino que se asume la madurez del público, siendo suficiente con intuir, una de las armas más poderosas de la gran pantalla.

arthur fleck joaquin phoenix

Mas por encima de todos estos argumentos, hay uno que sobresale. No es una sorpresa. Quizá sea lo único a lo que podíamos aferrarnos con certeza desde el comienzo del proyecto, porque nadie puede poner en tela de juicio la capacidad de Joaquin Phoenix de convertirse –que es más que interpretar– en un personaje alocado, enfermo o particularísimo como el propio Joker. Sin embargo, esta actuación está en otro nivel: no es cuestión de compararla aquí con Heath Ledger ni con ningún otro intérprete, pues los contextos y el diseño de los personajes son diferentes, pero sí que se alcanzan unas cotas interpretativas irrepetibles. Es probable que este Joker sea uno de los personajes más complejos a los que se pueda dar vida en una pantalla, y es precisamente en estas figuras en las que un intérprete puede demostrar su valía. Phoenix no necesitaba demostrarlo, prro destroza cualquier expectativa y consigue algo memorable. La risa descontrolada de un payaso triste, el patetismo del personaje, la extrema e insana delgadez de Arthur Fleck, su forma de correr y de bailar, su soledad. Esa risa aguda perturbadora. Esos primeros planos. En realidad, cualquier adjetivo o definición resulta insuficiente para describir el trabajo de Joaquin Phoenix

La película fuera de la pantalla 


Por supuesto, estas cuestiones más o menos objetivas –más menos que más, pues el análisis de un producto cultural no puede ceñirse estrictamente a criterios absolutos ni a mejores y peores– no implican que la recepción tenga que ser positiva, ni que el trabajo guste, ni que su efecto o análisis social sea positivo, ni que su interconexión con el universo Batman o DC sea el esperado. En todos estos asuntos, mucho más abiertos a debates e interpretaciones personales, la película se mueve en una ambigüedad creo que intencionada, siendo consciente de que la polémica y la crítica en ocasiones pueden ser un gran aliado –o, si no, veamos las cifras de taquilla de su primer fin de semana–. 

Así, la película, cuya mejor descripción es ‘perturbadora’, no es un pasatiempo disfrutable. Menos de acuerdo puedo estar con quienes consideran que la obra hace apología de la violencia o que esta está demasiado presente en la cinta; al contrario, esperaba más violencia explícita, aunque es innegable que la violencia social y psicológica son abrumadoras. Mas no olvidemos que se trata de un film para adultos a los que se supone un grado de madurez y de discernimiento suficiente para no comenzar a pegar tiros vestidos de payaso al salir del cine. No sé hasta qué punto es real el riesgo de que se replique algo semejante a lo que ocurre en la trama –al fin y al cabo, la máscara de Guy Fawkes popularizada por ‘V de Vendetta’ se ha convertido en un símbolo–, pero tampoco veo que la responsabilidad sea de una ficción que precisamente critica esa sociedad en la que este tipo de personas o problemas existen.

joker baño baile

Por otro lado, esa lectura pesimista y anarquista de la sociedad no tiene por qué ser válida y, en realidad, no lo es, por lo que resulta insuficiente como análisis social. De nuevo, una película no tiene por qué tener esa responsabilidad y, por lo tanto, esto no puede ser en ningún caso una crítica. En cualquier caso, el ‘Joker’ de Todd Philips sí que retrata con fidelidad la ciudad de Gotham y el contexto en el que surge la figura de Batman. Es evidente que esta obra se aleja de cualquier film comercial de superhéroes, aunque sí mantiene una serie de elementos que la mantienen unida al universo transmedia de Batman, como la presencia de Brett Cullen –que había aparecido en ‘El caballero oscuro: la leyenda renace’–, la ambulancia embistiendo al coche de policía o la presencia de Bruce y los Wayne.

Pero no central al debate si estas asociaciones son suficientes o no. O si la película realiza un análisis acertado del vacío existencial de la sociedad o no. O si es posible que la violencia del film pueda replicarse o no. Ni siquiera importa en exceso si la cinta es agradable o no. Porque por encima de todo ello hay una lección magistral de cine. Y todavía más arriba, está Joaquin Phoenix.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

lunes, 7 de octubre de 2019

[Series] 'Héroes invisibles' (2019): Sobriedad nórdica, verismo latinoamericano

Filmin estrena el 8 de octubre ‘Héroes invisibles’, la historia real de un diplomático finlandés que salvó la vida a numerosos perseguidos tras el golpe de estado militar en Chile


fotograma héroes invisibles

Si bien es cierto que Finlandia cuenta con una historia bastante breve como Estado independiente y que su pasado no es del todo sencillo, su imagen actual, de forma semejante a la del resto de países nórdicos, es de paz, bienestar y neutralidad. En el caso chileno, aunque es, probablemente, el país más próspero y “desarrollado” de América Latina, una de sus asociaciones principales sigue siendo la de la brutal dictadura de Pinochet y el derrocamiento de Salvador Allende a través de un golpe militar. ‘Héroes invisibles’, una coproducción entre ambos países, retrata este hecho histórico, combinando las dos imágenes que se tienen de cada una de estas naciones y apoyándose también en dos formas de aproximarse a la ficción audiovisual.

La miniserie, de seis capítulos de 50 minutos, se centra en la figura de Tapani Brotherus, embajador finés en Chile que, tras el golpe de 1973, acogió, proporcionó visados e intercedió por numerosos chilenos perseguidos por la represión de la dictadura, desobedeciendo incluso órdenes y poniéndose a sí mismo y su familia en peligro. Aunque poco conocida para el público español, se trata de una figura de gran relevancia tanto en Finlandia como en Chile.

Quizá por eso, se echa en falta un estudio mayor de su personaje –que en ocasiones se aproxima excesivamente a un retrato hagiográfico– y, en general, de todos los que tienen protagonismo en la trama. Pero no porque se trate de personajes planos o sin profundidad, sino porque hay un potencial y una riqueza que no se explotan tanto como podrían. La serie se centra en reflejar lo que pasó en Chile y en intentar abordar el contexto histórico global, en el marco de la Guerra Fría, por lo que abandona en parte unos personajes que tienen mucho más atractivo e interés del que se muestra. En realidad, esto no sucede solo con los personajes, sino también con el propio análisis histórico; ambos aspectos están cuidados y presentados de manera correcta, mas queda la sensación de que podríamos adentrarnos más en ellos. Así, la figura un tanto caricaturizada del ministro Ismael Huerta o la del propio Tapani Bortherus, o hechos como las torturas en el Estadio Nacional, la muerte de Allende, el rol de la diplomacia de otros países o el entierro de Pablo Neruda, quedan esbozados, pero sin detenerse en ellos con excesiva profusión.

Acertada aproximación


De esta forma, aunque nos deje con ganas de más, la serie consigue no perderse ni irse por las ramas en su combinación entre drama histórico y thriller. Con esto, se trata de una narración sencilla y apasionante, con la garra suficiente para pegarte a la pantalla, pero sin despistarse con el ruido ni en generar tensión. Mantiene siempre esa sobriedad tan propia de la ficción nórdica, de la que también adopta una cierta sutileza y distanciamiento para no tomar partido de manera burda –si bien es evidente de qué lado se pone–, sino siendo consciente de la complejidad de la situación y sin la urgencia de buscar culpables.

brotherus embajador suecia entierro pablo neruda

Esa sobriedad finlandesa se complementa con un verismo propio de la producción latinoamericana, buscando el realismo y logrando una ambientación muy trabajada, con atención a los detalles. También se captura de manera notable el zeitgeist de la época, a lo que ayuda el uso del color, con abundancia de los tonos apagados y plomizos. Igualmente, los personajes –aunque insisto en que me gustaría un mayor detenimiento en su estudio interno– son fidedignos y creíbles, con un trabajo de casting y una dirección artística muy adecuadas, que permiten transmitir mucho con la sola presencia física de cada figura. 

Junto a lo interesante y relevante del tema, el mayor atractivo de la miniserie que llega a Filmin es precisamente esta combinación de sobriedad y realismo. Esta aproximación hace que podamos observar el golpe de estado chileno bajo un nuevo prisma y con nuevos protagonistas.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

lunes, 30 de septiembre de 2019

[Series] ‘El padrino de Harlem’: la segregación racial, vista desde la mafia

‘El padrino de Harlem’ se estrena el 1 de octubre en HBO como un ejemplo magnífico de lo que es el género negro: personajes duales y análisis inteligente del contexto sociopolítico


padrino de harlem forest whitaker

El thriller y el noir son de los géneros que permiten un análisis más profundo y completo de sus personajes y contextos: primero, porque la dualidad y complejidad de los personajes, central en este tipo de obras, se aproximan como en casi ningún otro género a la condición humana; y segundo, porque el análisis del entorno queda en un segundo plano detrás de la trama principal, algo que también ocurre en la realidad, pues los condicionantes sociopolíticos acostumbran a estar presentes de manera subyacente y casi nunca protagonista en nuestras vidas. El caso más claro puede ser ‘The Wire’, en el que las historias de una serie de personajes extremadamente difíciles de clasificar en buenos y malos permitían aproximarse de manera sutil y rica a la corrupción, la adicción a la droga, la desigualdad, etc.

Con ‘El padrino de Harlem’, sin querer compararlo con la obra maestra de David Simon, sucede algo semejante. Más allá del devenir de los personajes, me atrae sobremanera su reflejo de un contexto social, político y económico: es el momento de la lucha de Malcolm X y de Martin Luther King, la Presidencia de Kennedy, la llegada de la heroína a los barrios pobres de Estados Unidos, la aparición de Mohammed Ali… El racismo y la segregación están siempre presentes, y su retrato es uno de los principales atractivos de la serie.

reverendo powell, malcolm X y bumpy johnson

El otro es Forest Whitaker. Su interpretación de un capo de la mafia en Harlem resulta a priori chocante, pero es precisamente su contraste con personajes o actores más duros lo que otorga una nueva dimensión a su personaje, basado en el gángster real Bumpy Johnson. Tras once años en la prisión de Alcatraz, el regreso de Bumpy a las calles está marcado por su lucha con las familias italoamericanas por el control del territorio y por su interacción con figuras relevantes de la comunidad afroamericana, como Malcolm X o el reverendo Adam Clayton Powell. La dureza del personaje contrasta con esa aura mucho más calmada que parece otorgarle Whitaker, logrando una figura redonda y con un mundo interior que, a medida que avanza la serie –al menos los cuatro capítulos que HBO España ha avanzado a los medios–, se comprueba cómo se va haciendo más rico.

Convencional y atractivo


También la ambientación y la caracterización de los mafiosi italoamericanos, aunque menos novedosa, es cuidada y correcta. Y lo mismo ocurre con la narración: quizás le falte cierta mordiente y una mayor tensión, pero su progresión lineal no se pierde en artificios innecesarios ni comete fallos en ningún momento. Hay, es cierto, una cierta sensación de que estamos ante un producto convencional, un thriller más sobre la mafia en Estados Unidos. Lo es, desde luego. Es más, se trata de una adaptación de una película homónima en español –‘Black Ceasar’ era el título original– de 1973, y bebe claramente del blaxploitation, un subgénero del noir protagonizado por afroamericanos en los años 70 principalmente.

Sin embargo, sin revolucionar el género, sí que lo explota de una forma atractiva y muy rica. En este sentido, se nota el saber hacer de los creadores, Chris Brancato y Paul Eckstein, responsables de ‘Narcos’, capaces de lograr un thriller negro clásico, entretenido, sin divisiones sencillas entre buenos y malos y, sobre todo, capaz de retratar sutil y acertadamente un contexto sociopolítico muy complejo.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

viernes, 13 de septiembre de 2019

[Series] Review: 'El tiempo de la felicidad' (2018). El triunfo del modelo noruego

La serie noruega ‘El tiempo de la felicidad’, estrenada el 10 de septiembre en Filmin, realiza un inteligente y sutil análisis del momento en el que se descubrió petróleo en el país nórdico 


portada el tiempo de la felicidad filmin

Ya lo hemos hecho en varias ocasiones, mas creo que sigue siendo bueno recordar que la plataforma de referencia para series europeas es Filmin. Más allá de producciones puntuales y éxitos de otras plataformas de mayor tamaño, Filmin sigue demostrando su apuesta por ficciones del continente, primando el impacto y el interés frente a las superproducciones con más ruido que nueces. Una de sus últimas incorporaciones, añadida a su catálogo el pasado 10 de septiembre, es la noruega ‘El tiempo de la felicidad’ (‘Lykkeland’).

Es, además, una serie consciente de esa distinción entre el modelo europeo y el estadounidense. No tanto en el campo de la ficción y el estilo, pues no posee el verismo, la crudeza y la calma que acompaña a muchas producciones europeas –y, especialmente, nórdicas– y que las diferencia de los productos mainstream que llegan del otro lado del Atlántico, pero sí en su comparación entre modelos económicos y sociales

De hecho, es una serie que gira en gran medida en torno al debate sobre la necesidad de normas, de burocracia y de un cierto control estatal sobre los recursos naturales y los bienes comunes. Contrapone el modelo socialista –o socialdemócrata, en realidad– noruego, con más restricciones, aunque también mayor protección, al liberalismo y el capitalismo yanqui. Sus reflexiones en este sentido son básicas y sencillas, pero acertadas e inteligentes, añadiendo también la lucha de clases y la distinción entre ricos y pobres al debate. 

Más fondo que forma 


La serie, de ocho capítulos de 45 minutos, se ambienta en la localidad de Stavanger a finales de la década de los sesenta, cuando se encontró un yacimiento petrolero de enormes dimensiones que cambió la economía noruega y el mercado del crudo por completo. La trama se centra en los primeros pasos de la industria del petróleo del país nórdico, con las implicaciones que tuvo para esa localidad, hasta entonces marcada por la religión y la pesca, y la lucha de las compañías multinacionales por instalarse allí. En este marco se cuelan también la historia de dos jóvenes prometidos y las personas que los rodean, que vivirán los cambios asociados al oro negro en primera persona. 

Las decisiones que se tomaron en aquel momento, cuando Noruega debatía si entrar en la Comunidad Europea, son esenciales para comprender el presente tanto del mercado del petróleo a nivel global como de ese país. La mentalidad que explica el actual desarrollo de su estado del bienestar o su liderazgo en movilidad sostenible quedan patentes a través de guiños sutiles que claramente dialogan con fenómenos contemporáneos. Así, aunque la serie no parece decantarse por un modelo ni tomar partido, la lectura de aquellas decisiones desde la perspectiva actual nos permite añadir nuevas capas de interpretación.

el tiempo de la felicidad fotograma

Más allá del contenido, con un interés y atractivo enormes, la serie sí tiene algunas deficiencias técnicas o de coherencia interna. Así, por ejemplo, hay numerosos fallos de raccord y también hay pequeños detalles que no funcionan: líneas temporales sin sentido, comida que desaparece de los platos con demasiada rapidez, vestimentas que no parecen adecuarse al clima de cada lugar… Son aspectos menores, pero demuestran quizás la falta de experiencia o de medios de la producción. 

Aun con esto, y sin destacar en aspectos narrativos ni interpretativos, sigue siendo una obra de muchísimo nivel e inteligencia. Su crítica sutil al modelo capitalista y a la trampa de los recursos que supone, con demasiada frecuencia, el descubrimiento de petróleo, es muy acertada. Una muestra más, en definitiva, de lo atractivo de esa ficción europea menos conocida.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

martes, 10 de septiembre de 2019

[Cine, Documentales] Crítica: 'Varados' (2019). Historias de refugiados

El 4 de octubre llega a los cines ‘Varados’, un reposado documental de Helena Taberna sobre los campos de refugiados en Grecia en el que el elemento central son las historias de los demandantes de asilo 


mujeres inmigrantes varados

Hace unos días se cumplieron cuatro años de una de las fotos más icónicas del siglo XXI. El cuerpo del niño Aylan Kurdi, muerto en una playa turca, supuso un punto de inflexión en la conocida como Crisis de los Refugiados del Mediterráneo. Durante el verano de 2015 y, sobre todo, en septiembre, tras la publicación de la foto y la historia de Aylan, los medios de comunicación prestaron una enorme atención a esas personas que huían de la Guerra de Siria, intentando llegar a Europa a través del Mediterráneo Oriental. En aquel momento, Grecia se convirtió en el principal país de entrada a la Unión Europea y, aunque la ruta de los Balcanes y, posteriormente, las rutas marítimas que llegaban a Italia y España le han restado protagonismo, el país helénico jugó y sigue jugando un rol clave en el camino de los demandantes de asilo que llegan a este lado del Mare Nostrum.

Las cosas han cambiado mucho en estos cuatro años; las llegadas a Europa han disminuido y, aunque los casos del Aquarius o el Open Arms han sido polémicos y mediáticos, la cuestión migratoria en Europa y el asilo han pasado a un plano secundario en la opinión pública. La situación, no obstante, continúa siendo muy compleja en aquellos campos de refugiados cuyo nombre conocimos –y ya olvidamos– hace cuatro años. Lesbos es el mejor ejemplo de ello. 

‘Varados’, el documental escrito y dirigido por Helena Taberna –que ya abordó otras temáticas sociales, como la inmigración en ‘Extranjeras’ o la violencia contra las mujeres en ‘Nagore’–, se hace eco de la situación en el campo de refugiados de Moria y en otros lugares de Grecia, principalmente en su capital, Atenas. Prestar atención a este país, el más castigado de la Unión Europea durante la crisis económica y el más relevante durante la Crisis de los Refugiados, es muy acertado, pues desde que este fenómeno se convirtiera en carne de telediario, su presencia mediática no se ha correspondido con el papel jugado por este país, ya que se ha puesto el foco en lugares más cercanos o con bocazas más grandes, como Alemania o Italia. 

portada varados

Junto a Grecia, también el mar juega un rol muy importante en el documental. El mar como frontera y como camino, como lo que nos separa y, en especial, como lo que nos une. El simbolismo del Mediterráneo es recurrente y, aunque hay varias reflexiones sobre el tema, hay una en concreto, realizada por uno de los refugiados en el campo de Eleonas ateniense, que resume con mucha sabiduría lo que significa ser mediterráneo: no es tener una buena o una mala vida, sino saber el significado de esta.

Tu nombre es Refugiado 


La persona que hace esta afirmación es un hombre en silla de ruedas que huyó de Siria con su sobrino, dejando a su mujer e hijos en su país de origen, en la guerra. Es interesante el retrato de esta historia, pues es poco habitual conocer el relato de migrantes con movilidad reducida, algo que añade dificultad a una travesía y un proceso de acogida de por sí muy complejos y tortuosos.

En un trabajo de poco más de una hora, sin estridencias ni grandes despliegues técnicos, también se incluyen niños, personas ancianas, parejas que han dejado sus hijos en su hogar… La diversidad de historias aporta gran riqueza, gracias también a la inclusión de una relación amorosa entre un española y un refugiado, algo que añade nuevas dimensiones y un punto de contraste y de acercamiento a la vida de estas personas cuyo nombre es Refugiado. 

varados mohammed

Así, sin grandes datos ni análisis sociales o geopolíticos, las protagonistas son precisamente las personas. Esas personas que se organizan para conseguir comida o para mantener el lugar en el que sobreviven –sea un campo de refugiados o una vivienda okupada– lo más limpio y habitable posible. Personas que, en medio de un contexto tan extraño y dramático, consiguen encontrar una cierta normalidad. Ese es el mayor logro de ‘Varados’, reflejar la historia de estas personas sin dramatismos ni heroísmos. Mostrando lo que hay, la dureza de la situación, pero sin buscar la lágrima fácil ni la arenga política apasionada.

El documental llegará a los cines el próximo 4 de octubre. El momento resulta muy adecuado, pues el recrudecimiento de la batalla sobre Idlib, uno de los últimos bastiones rebeldes en Siria, hace temer una nueva ola de refugiados huyendo del país hacia Turquía y, de nuevo, hacia Europa a través de Grecia. Más allá de cualquier cifra y llamada a la acción, es muy necesario una obra como esta, calmada y centrada en lo más importante del fenómeno: los refugiados. Las personas.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

martes, 3 de septiembre de 2019

[Series] 'Back to Life': Un caramelito británico

‘Back to Life’ se estrena en Filmin con una historia pequeña y breve, pero con personajes carismáticos y un humor negro muy atractivo 


protagonista back to life

Hay muchos ejemplos recientes de series británicas, sobre todo de la todopoderosa BBC, que, alejadas de las grandes producciones de las cadenas de streaming, han encontrado su nicho en un contexto cambiante y nada sencillo para las ficciones televisivas tradicionales. Hemos reseñado varias en la web, desde las más populares ‘Fleabag’ o ‘Line of Duty’, a obras más pequeñas como ‘Mrs Wilson’ o ‘Press’, aunque hay muchas más. Hablamos de producciones muy diversas, pero hay una serie de rasgos comunes que coinciden en ‘Back to Life’, estrenada hoy, 3 de septiembre, en Filmin

Quizás el aspecto más asociado a la televisión británica –y, en general, a toda su cultura– sea ese humor tan negro que también concentra la serie creada y dirigida por Chris Sweeney. Los chistes sobre la muerte, la cárcel, el asesinato y el sexo son continuos; también el uso de un lenguaje directo y vulgar le aportan realismo y verosimilitud, así como grandes dosis de humor, permitiendo juegos de palabras. Esto, enmarcado en la pequeña población de Hythe, en la costa sur de Inglaterra, ofrece un escenario realista, sencillo y cercano. Es el mejor marco para una serie como esta, breve y pequeña. Y es, precisamente, en este tipo de series en las que la BBC está consiguiendo unos réditos más elevados, con más prestigio que espectacularidad y con más peso de la trama que de los efectos especiales. 

Una patética historia de reinserción


Esa trama es la de una mujer que regresa a su localidad natal tras años en prisión por haber asesinado, siendo una adolescente, a su amiga y compañera de clase. Su llegada a un lugar en el que todos la conocen y pocos le darán una oportunidad hará que retomar su vida, ese ‘Back to Life’ del título, sea más complicado de lo esperado. A pesar de ser una historia bastante simple, va ganando interés y, a medida que avanzan los seis capítulos de 25 minutos, se van incorporando crecientes dosis de misterio, que complementan la línea argumental principal. Pero, más allá de los acontecimientos, lo interesante es el desarrollo de la narración; no es tan atractivo el qué, sino el cómo, que hace que la serie nos deje con ganas de más. Esto se incrementa por el doble nivel de análisis que, aunque no es muy profundo, sí añade lecturas sobre la dificultad de la reinserción o sobre el rol de los medios de comunicación en los casos más mediáticos. 

back to life filmin

No obstante, por encima de la historia destacan los personajes y su evolución. No se trata de personajes particularmente redondos ni complejos, pero sí que tienen un carisma y un atractivo enormes. Estos personajes incrementan las dosis de patetismo de las situaciones, ayudados en gran medida por unos intérpretes que resultan muy solventes, sacando el máximo jugo de sus figuras. 

Esto potencia la vis cómica de esta serie tan británica, considerada heredera de ‘Fleabag’, que además ejemplifica y resume una forma de producir ficción para televisión: mientras gran parte de los grandes éxitos estiran el chicle hasta dejarlo sin sabor, trabajos como esta serie de Chris Sweeney nos ofrecen un caramelito que nos deja pidiendo más. Menos mal que la televisión británica en general y la BBC en particular siguen apostando por ellos; y menos mal que Filmin sigue trayéndolos a España. Por suerte todavía hay mucho espacio para seguir disfrutando de estos pequeños placeres.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

sábado, 31 de agosto de 2019

[Cine] Crítica: 'Kuso' (2017). Repugnante, pero decepcionante

‘Kuso’, promocionada como la película más repugnante jamás rodada, llega a Filmin como un pobre intento de reflexión artística y con menos provocación de lo que cabría esperar 


kuso filmin película

El éxito de ‘The Disaster Artist’, una de las cintas del año 2017, basada en el rodaje de la considerada peor película de la historia, ‘The Room’, sirve en parte como muestra de la relevancia y el atractivo del feísmo en el arte o, al menos, en la cultura. Y es que ‘The Room’, convertido en título de culto gracias, precisamente, a su mala publicidad y a ese dudoso título de peor película de la historia, es quizá el mejor ejemplo de que la mala publicidad es, al fin y al cabo, publicidad y –muy importante– morbo. ‘Kuso’, que llegó el 30 de agosto a España de la mano de Filmin –más allá de mi opinión sobre la película, es de agradecer que una plataforma como esta apueste por un cine no comercial y por títulos marginales–, explota ese atractivo de lo desagradable, de lo feo, de lo grosero, sin miedo a definirse como la película más repugnante jamás rodada. De hecho, su proyección en Sundance provocó la salida de numerosos asistentes de la sala, asqueados, algo que la promoción de la película no ha ocultado, sino de lo que se enorgullecer.

En este aspecto la película de Flying Lotus es provocadora, pero no tanto como ella misma piensa. De hecho, si es algo, es, en general, mala. Me atrae la intención, la posibilidad de explorar fronteras y desafiar a quien mira, como Duschamp y su Fuente, pero creo que no hay ningún tipo de crítica ni reflexión conceptual detrás. Es solo una película repugnante, que explota el morbo que pueda despertar en un sector del público y la libertad absoluta del creador de hacer algo totalmente no convencional.

Así, no hay nada en la película, más allá de 95 minutos de imágenes surrealistas que combinan animaciones con una estética que recuerda a las realizadas por Terry Gilliam para Monty Python, y acción real, con personajes cargados de póstulas y deformaciones. Todo ello, girando siempre alrededor de orificios, secreciones, vómitos, escatología, sexualidad, suciedad y obscenidad. Y con un uso del sonido que acreciente la incomodidad. Aun con esto, la obra de Flying Lotus es más aburrida que repugnante.

Asquerosa reflexión sobre el arte


Esto no significa que no sea desagradable; lo es, y mucho. Pero la propia película es limitada en su intento de asquear, tanto por la utilización de animación como por la mala calidad del maquillaje y los efectos visuales. Desde luego, hay orgullo en esa búsqueda de lo cutre, pero la mala calidad de la imagen y el uso del encuadre limitan algunas de las imágenes más impactantes, restándole fuerza –algo que, por otra parte, agradezco, porque hay secuencias que producen verdadera repulsión–.

Kuso película cartel

Por otro lado, sí hay un cierto debate sobre el arte, sobre qué es arte; incluso en un momento del film alguien comenta “art is garbage”, el arte es una mierda, en una clara referencia metalingüística, pero no hay en ‘Kuso’ una reflexión profunda en torno a esta o, en realidad, ninguna otra materia. De hecho, probablemente sea muy generoso considerar a esta obra como arte. Sería más adecuado considerarla un producto cultural que explora ciertos límites, pero que no lleva más allá ni el arte fílmico ni su práctica. En realidad, hay un ejemplo reciente, ‘Pieles’, de Eduardo Casanova, mucho más rica en su estudio de texturas y en su análisis de lo desagradable, y también mucho más inteligente y sensible en su planteamiento, que hace que el experimento pierda casi todo su valor y capacidad de transgresión.

Kuso’ existe, en definitiva, porque puede, y eso en sí mismo es una buena noticia, pero no tiene ningún fin, no aporta nada. Es bueno que exista, pero es totalmente innecesario verla.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

lunes, 19 de agosto de 2019

[Premios] Camino a los Emmy 2019: Mejor TV Movie

Continuamos nuestro camino hacia los Emmy 2019 repasando las nominadas a Mejor TV Movie, es decir, películas directamente producidas para su emisión en televisión: 'Bandersnatch', 'Brexit', 'Deadwood: The Movie', 'King Lear' y 'My Dinner with Hervé'


Aunque a veces quedan relegadas en importancia por las series y miniseries, más influyentes por contar con emisiones más extensas y con mayor potencial para lograr nominaciones dado su mayor número de capítulos y personajes, las películas para televisión van ganando peso a medida que las fronteras entre cine y televisión se desvanecen. Además, las plataformas de streaming producen un mayor número de películas propias para engrosar sus catálogos y varias series han completado sus universos con películas estrenadas directamente en las plataformas o canales donde se emitían –es el caso de 'Sense8' o de una de las nominadas, 'Deadwood'–. A esto hay que añadir la innovación que estamos viendo en las películas interactivas, como otra de las nominadas, 'Bandersnatch', y que abren un nuevo filón para estos contenidos. Con todo esto, las TV Movies tienen mucho interés, y las nominadas este año en esta categoría pueden servir para demostrarlo.

'Bandersnatch'

'Bandersnatch'

No quiero decir que la película interactiva creada por Charlie Brooker para Netflix está en esta lista solo por la novedad que supone, pero desde luego no está precisamente por la calidad de su narración o de sus interpretaciones. La historia de este adolescente (Fionn Whitehead) que diseña un videojuego en 1984 puede ser manipulada por el espectador, que toma decisiones en diversos momentos, afectando en mayor o menor medida al resultado final. Resulta muy interesante como experimento llamado a revolucionar el mundo de la producción audiovisual, y su inclusión en el universo de 'Black Mirror' –que ya lleva dos premios en esta categoría con 'San Junípero' y 'USS Callister'– parece especialmente acertada, como también lo es la reflexión tecnológica y metacinematográfica que plantea. 

Desde luego esta película estrenada en diciembre de 2018 pasará a la historia, pero desde un punto de vista exclusivamente cinematográfico, resulta floja, con una narración todavía limitada por su apuesta técnica y con actuaciones bastante mejorables.

'Brexit: The Uncivil War'

'Brexit: The Uncivil War'


Quizá sea la obra más actual, ya que uno de sus personajes secundarios, Boris Johnson, se convirtió hace pocas semanas en Primer Ministro del Reino Unido y ya que su protagonista, Dominic Cummings, pasará a ser una figura de relevancia en el gobierno británico. Narra la historia de cómo se fraguó el plan maestro de Cummings (un magnífico Benedict Cumberbatch) para la campaña que llevó a la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea. Aunque a menudo se queda en la superficie, sí que retrata de forma acertada y precisa algunos de los sentimientos, ideas y estrategias que explican la decisión de los británicos en el referéndum de 2016. 

El guion de James Graham, las interpretaciones (insisto, inmejorable, una vez más, Cumberbatch) y el tema que trata, unido al estado de la política británica, que hace que la película esté de actualidad continuamente, añaden relevancia e interés a esta producción de Channel 4 y HBO.


'Deadwood: The Movie'


'Deadwood: The Movie'

La continuación de la premiada serie homónima emitida entre 2004 y 2006 en HBO retoma la historia diez años después del final de la tercera y última temporada de la serie, reuniendo a la mayor parte del equipo, tanto entre los intérpretes (Timothy Olyphant, Ian McShane, Molly Parker, Paula Malcomson, John Hawkes o Gerald McRaney), como tras las cámaras (con Daniel Minahan en la dirección y con guion del creador de la serie, David Milch). Pone un broche de oro a la serie, con grandes interpretaciones y diálogos memorables, y logrando algo muy complejo, que es no decepcionar tras una de las mejores series realizadas en la televisión estadounidense.


'King Lear'

Con la BBC y Amazon detrás del proyecto, adaptando una obra de Shakespeare, y con animales interpretativos de la talla de Anthony Hopkins, Emma Thompson, Emily Watson, Andrew Scott o Jim Broadbent, las garantías de éxito son elevadas. Y si el magnífico elenco está en un estado de gracia absoluta, con un trabajo que combina perfectamente el registro cinematográfico y el teatral, se puede aspirar a todo. Hay, riesgo, por supuesto, en la traslación del lenguaje de Shakespeare a una ambientación contemporánea, algo que no siempre funciona en el film, pero las colosales interpretaciones de Anthony Hopkins y compañía, absolutamente extraordinarias, creo que eclipsan cualquier posible defecto.

De los cinco nominados, quizá sea el telefilm más 'tradicional', siguiendo esa costumbre de la BBC de adaptar obras literarias de sus grandes plumas. En este sentido, también parece ser la, a priori, menos conocida en un contexto en el que las plataformas de streaming son ya las claras dominadoras.

'My Dinner with Hervé'



Peter Dinklage (Tyrion Lannister en 'Juego de Tronos') produce y protagoniza este biopic centrado en los últimos días de la vida del actor Hervé Villechaize, que se suicidó en 1993 con 50 años. La trama gira en torno a una entrevista que el que actor de 'Fantasy Island' o 'El hombre de la pistola de oro' concedió a un periodista con problemas de alcoholismo (interpretado por Jamie Dornan). Las interpretaciones protagonistas, sobre todo la de un Dinklage que captura la complejidad del personaje, añaden atractivo a una historia por sí misma morbosa. Escrita y dirigida por Sacha Gervasi, cuenta en el reparto también con Andy García y Oona Chaplin.

Pronóstico


'Bandersnatch' es la que más ruido ha hecho y la más relevante para la industria, además de tener el sello 'Black Mirror', algo que, tras haber ganado los dos años anteriores, es difícil saber si podría resultar beneficioso o perjudicial. Por otro lado, la película interactiva de Netflix es la más débil si medimos exclusivamente criterios artísticos y cinematográficos y, siendo sincero, prefiero que se sigan valorando este tipo de argumentos por encima de estrategias técnicas y comerciales como las que destacan en 'Bandersnatch'. Así, por calidad, tanto 'King Lear' como 'Deadwood' lo merecen más; la de HBO, habiendo mantenido el nivel de una serie que en su momento ya recibió varios galardones, podría convertirse con esto en favorita.


(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)