‘Back to Life’ se estrena en Filmin con una historia pequeña y breve, pero con personajes carismáticos y un humor negro muy atractivo
Quizás el aspecto más asociado a la televisión británica –y, en general, a toda su cultura– sea ese humor tan negro que también concentra la serie creada y dirigida por Chris Sweeney. Los chistes sobre la muerte, la cárcel, el asesinato y el sexo son continuos; también el uso de un lenguaje directo y vulgar le aportan realismo y verosimilitud, así como grandes dosis de humor, permitiendo juegos de palabras. Esto, enmarcado en la pequeña población de Hythe, en la costa sur de Inglaterra, ofrece un escenario realista, sencillo y cercano. Es el mejor marco para una serie como esta, breve y pequeña. Y es, precisamente, en este tipo de series en las que la BBC está consiguiendo unos réditos más elevados, con más prestigio que espectacularidad y con más peso de la trama que de los efectos especiales.
Una patética historia de reinserción
Esa trama es la de una mujer que regresa a su localidad natal tras años en prisión por haber asesinado, siendo una adolescente, a su amiga y compañera de clase. Su llegada a un lugar en el que todos la conocen y pocos le darán una oportunidad hará que retomar su vida, ese ‘Back to Life’ del título, sea más complicado de lo esperado. A pesar de ser una historia bastante simple, va ganando interés y, a medida que avanzan los seis capítulos de 25 minutos, se van incorporando crecientes dosis de misterio, que complementan la línea argumental principal. Pero, más allá de los acontecimientos, lo interesante es el desarrollo de la narración; no es tan atractivo el qué, sino el cómo, que hace que la serie nos deje con ganas de más. Esto se incrementa por el doble nivel de análisis que, aunque no es muy profundo, sí añade lecturas sobre la dificultad de la reinserción o sobre el rol de los medios de comunicación en los casos más mediáticos.
Esto potencia la vis cómica de esta serie tan británica, considerada heredera de ‘Fleabag’, que además ejemplifica y resume una forma de producir ficción para televisión: mientras gran parte de los grandes éxitos estiran el chicle hasta dejarlo sin sabor, trabajos como esta serie de Chris Sweeney nos ofrecen un caramelito que nos deja pidiendo más. Menos mal que la televisión británica en general y la BBC en particular siguen apostando por ellos; y menos mal que Filmin sigue trayéndolos a España. Por suerte todavía hay mucho espacio para seguir disfrutando de estos pequeños placeres.
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)
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