jueves, 24 de diciembre de 2015

Bendita y maldita Navidad

FOTO: Nilüfer Demir

Es difícil encontrar algo más navideño que un villancico interpretado por Raphael. Como cualquiera en este país, yo también he visto con mi familia muchos de los programas especiales que protagoniza casi cada Nochebuena. Con el tiempo he conseguido apreciar el valor de este artista y, aun más importante, he conseguido identificar el significado y la tradición que su música tiene en una noche como la de hoy. Hace ya bastantes años (era todavía un adolescente que se sentía demasiado guay para ver a un viejales cantando lo mismo de siempre) descubrí en uno de estos programas especiales un villancico diferente que llamó poderosamente mi atención. A día de hoy considero que se trata de uno de los reflejos más fieles que podemos encontrar sobre estas fechas. Bendita y maldita Navidad, que así se titula, es totalmente opuesta a lo habitual en una época tan cargada de tópicos.

Estos tópicos están presentes en las felicitaciones y buenos deseos que compartimos con nuestros seres queridos. Tópicos que se repiten en los medios de comunicación, con una programación y unos contenidos sin variaciones de año en año. Tópico es, por supuesto, el mensaje de S. M. El Rey. Y tópicos son también los villancicos. Villancicos populares interpretados por Manolo Escobar o por el propio Raphael. Villancicos clásicos a los que dan voz (y qué voz) Los Tres Tenores o Frank Sinatra. Villancicos modernos en inglés que nos llegan de la mano de Mariah Carey o Michael Buble. 

Todos ellos hablan de alegría y amor, cuentan la historia bíblica que inspira esta Fiesta o se acuerdan de Santa Claus y los Reyes Magos. Frente a esta temática, siempre en tono alegre y, a veces, vacía de contenido, encontramos el villancico que protagoniza este texto. Su propio título nos da pistas sobre los contrastes que se presentan, no solo en la canción, sino en la propia Navidad. Contrastes que no son sino reflejos de nuestro mundo. Contrastes que se acentúan ahora que a nuestros banquetes, fiestas y regalos se opone el sufrimiento de quienes no disfrutarán de ellos. Contrastes entre nosotros y nuestros propios hermanos; seres humanos que, mientras cenamos junto a nuestros familiares y amigos, se resguardarán del frío con cartones, huirán de las bombas que caen del cielo o coserán camisetas en condiciones infrahumanas. 

Este año, en el que el drama de los refugiados y los migrantes nos ha conmovido e impactado, resulta inevitable recordar a esas personas para las que no hay Navidad. Este es un buen momento para pararnos a pensar en una realidad en la que María y José se llaman Miriam y Yusuf, y en la que el niño Jesús, antes de descubrir la vida, ya habrá perdido la suya en el Mediterráneo. 

Por las contradicciones de la Navidad, que son las contradicciones de la vida. Que la alegría de estos días se imponga al miedo y al sufrimiento. Que nuestros buenos deseos borren las fronteras, los contrastes y las barreras. Que el amor de esta noche se desborde e inunde el resto de días del año. Y que esta Nochebuena sea una verdadera Noche de Paz. Para todos.


Feliz Navidad

(Publicado en Neupic)

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sufragistas y cine para un fin de semana de Elecciones


Hoy se produce en los cines de España uno de los estrenos más esperados de los últimos años. No es una película más, sino un auténtico fenómeno cinematográfico, cultural y de marketing. Todo lo que rodea a Star Wars tiene ese aire grandioso y épico del que George Lucas impregnó a una de las sagas imprescindibles en la historia del séptimo arte. Este fin de semana, por lo tanto, las salas se llenarán de aficionados en busca de aventuras galácticas, haciendo que el resto de la cartelera se veaa en serias dificultades. Es frecuente que ante estrenos de este calibre, las cintas con aspiraciones comerciales tienden a evitar el enfrentamiento y busquen otros fines de semana para llevar a cabo sus lanzamientos. Por eso este viernes no habrá gran cantidad de estrenos, siendo la mayoría de ellos de los considerados poco ambiciosos.

Sin embargo, sí hay una película importante que ha decidido desembarcar en nuestros cines este viernes haciendo frente a la maquinaria de promoción desplegada por El despertar de la Fuerza (Star Wars. Episode VII: The Force Awakens, J.J. Abrams 2015). Se trata de Sufragistas (Suffragette, Sarah Gavron 2015), protagonizada por Carey Mulligan, Meryl Streep, Helena Bonham Carter y Brendan Gleeson. En un fin de semana como este, a pesar de sus caras conocidas y del buen hacer de directora, intérpretes y equipo técnico, constituye una apuesta tan arriesgada como valiente.

Valientes. Así eran precisamente las mujeres retratadas en la película. Sus esfuerzos y sacrificios para alcanzar un derecho fundamental, el derecho al voto, fueron descomunales. Se trataba de una lucha desigual en la que la ley y la fuerza estaban contra ellas. Pero las sufragistas, valientes luchadoras, se enfrentaron a la injusticia hasta lograr alzar sus voces sobre al ruido de la ignorancia y la opresión.

En países como el Reino Unido, escenario destacado de este movimiento, hace aproximadamente un siglo desde que aquella lucha se convirtiera en un ejemplo y diera sus primeros frutos. En España, con la figura de Clara Campoamor a la cabeza, las mujeres pudieron acudir a las urnas por primera vez el 19 de noviembre de 1933. Poco tiempo después, el conjunto del país volvió a verse privado de ese derecho. Y solo hace un puñado de décadas que lo recuperamos.

A los jóvenes se nos olvida a veces que algo tan obvio y básico hace no tanto tiempo estaba prohibido. Fue la lucha de muchas personas, que dieron su vida, su sangre o su libertad, la que hoy nos permite gozar de este derecho. Y gracias a estas personas, el domingo volveremos a hablar de la “Fiesta de la Democracia”.

El pueblo será quien decida qué futuro quiere para los próximos cuatro años. Pero ir a votar no sirve solamente para decidir el futuro, sino para honrar y recordar el pasado y a quienes lucharon en él para que hoy seamos los dueños de nuestro destino. Porque el sufragio es una responsabilidad y un honor que todos compartimos, pero también es una deuda con quienes lo hicieron posible. 

Y es que podemos votar de distintos colores, incluyendo el blanco. Podemos incluso no votar. Pero aun en nuestros días hay quienes no tienen esta elección, especialmente entre las mujeres. Es por eso que debemos sentirnos afortunados por poder hacer uso de este derecho. Y precisamente utilizando nuestra libertad –tanto la libertad de voto como la libertad en un sentido más amplio-, estaremos honrando tanto a quienes se sacrificaron por ella, como a quienes aun no pueden disfrutarla.

El domingo, cuando abran las urnas, todos estaremos llamados a ejercer nuestro derecho. Será un día de fiesta. Y como en todas las fiestas, es de buena educación mostrar nuestro agradecimiento a quienes la hicieron posible. Y ese agradecimiento no puede expresarse de mejor forma que disfrutando, por supuesto con responsabilidad, la Fiesta de la Democracia.

Yo, como casi todos, tengo mis favoritos y tengo unas esperanzas depositadas en las urnas. Pero tras la jornada electoral, independientemente de que en unos hoteles y en unos balcones haya más alegría que en otros, me iré a dormir contento porque entre todos habremos decidido que así sea. La democracia -con sus enormes defectos- habrá hablado y todos deberemos aceptar su dictado.

El domingo será también buen momento para mirar atrás y ver el camino que hemos recorrido, agradeciendo a quienes, como las Sufragistas, hicieron posible que hoy estemos donde estamos. Pero, como ellas, también deberemos plantearnos cómo seguir avanzando hacia una sociedad mejor, más justa, próspera e igualitaria. Para ello, haremos bien en seguir el ejemplo de aquellas valientes luchadoras que no aceptaron la injusticia. Que su lucha nos muestre el camino y, ya que estamos, que la Fuerza nos acompañe al recorrerlo.

(Publicado en Neupic)