El 29 de octubre se estrenó en Filmin la miniserie británica ‘Un espía entre nosotros’, en la que Stephen Poliakoff aborda una historia de la Guerra Fría en el Reino Unido
‘Un espía entre nosotros’ (con el título algo más novedoso de ‘Summer of Rockets’ en la versión original) relata precisamente una historia sobre la Guerra Fría en el Reino Unido, uno de los aliados más poderosos de Estados Unidos, todavía poseedor de un vasto imperio colonial y con el MI5 y el MI6 como servicios de inteligencia de referencia. Este país, en el que la pompa y la tradición chocan con la carrera tecnológica y armamentística de la época, ofrece un entorno menos habitual pero muy interesante para este tipo de historias.
La trama se centra en la figura de un inventor judío de origen ruso que acabará viéndose envuelto en una red de conspiraciones y espionaje. Lo más destacado de esta miniserie de seis capítulos que acaba de llegar a España de la mano de Filmin es que esta historia principal está acompañada por varias líneas argumentales secundarias de gran relevancia. Entre ellas, sobresalen el racismo, la ruptura con la tradición de las hijas de la aristocracia de ser presentadas ante la Reina, la supervivencia de un niño con mucha imaginación en un internado o la búsqueda de un hijo desaparecido. Estas tramas, aunque le restan atractivo a la historia principal, que a veces funciona más como excusa que como elemento central, le añaden una notable riqueza a la narración.
La trama se centra en la figura de un inventor judío de origen ruso que acabará viéndose envuelto en una red de conspiraciones y espionaje. Lo más destacado de esta miniserie de seis capítulos que acaba de llegar a España de la mano de Filmin es que esta historia principal está acompañada por varias líneas argumentales secundarias de gran relevancia. Entre ellas, sobresalen el racismo, la ruptura con la tradición de las hijas de la aristocracia de ser presentadas ante la Reina, la supervivencia de un niño con mucha imaginación en un internado o la búsqueda de un hijo desaparecido. Estas tramas, aunque le restan atractivo a la historia principal, que a veces funciona más como excusa que como elemento central, le añaden una notable riqueza a la narración.
¿Quién es el espía?
Es cierto que le cuesta arrancar y que la mayoría de las historias avanzan con lentitud, pero desde el comienzo se percibe que hay más de lo que se ve a simple vista y que la narración no da pasos en falso. Además, existe una tensión casi constante que a mitad de la miniserie ha atrapado al espectador, en parte también gracias a la falta de conocimiento sobre el fondo de cada personaje, no sabiendo de quién fiarse ni qué creer, y dudando siempre sobre quiénes son los “buenos” y cuáles son las motivaciones de cada uno.
Esto no es extraño en las obras de Stephen Poliakoff, que refuerza esta cierta confusión con diálogos y situaciones que tienden a la artificialidad, la exageración o la falta de justificación. Se logra, con todo esto, esa sensación de inseguridad y desorientación que refleja con fidelidad lo que se vivía en los peores años de la Guerra Fría, si bien es cierto que es difícil determinar si es esa la verdadera intención del director y guionista británico o si simplemente le sale así.
En realidad, esto me impide decidir hasta qué punto me gusta la serie. Desde el primer momento es evidente todo su potencial y la fuerza de lo que cuenta, y es incuestionable que las interpretaciones son cuidadas –con Timothy Spall o Keele Hawes como nombres más destacados– y tanto los escenarios como el vestuario gozan de una gran belleza. Pero creo no haber comprendido el porqué de parte de lo que sucede y eso le resta un atractivo que, de otra forma, podría haber convertido a ‘Un espía entre nosotros’ en una obra memorable.
En realidad, esto me impide decidir hasta qué punto me gusta la serie. Desde el primer momento es evidente todo su potencial y la fuerza de lo que cuenta, y es incuestionable que las interpretaciones son cuidadas –con Timothy Spall o Keele Hawes como nombres más destacados– y tanto los escenarios como el vestuario gozan de una gran belleza. Pero creo no haber comprendido el porqué de parte de lo que sucede y eso le resta un atractivo que, de otra forma, podría haber convertido a ‘Un espía entre nosotros’ en una obra memorable.
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