domingo, 29 de diciembre de 2019

[Series] Review: 'Bauhaus, una nueva era'. Recuerdos para retratar a una escuela rompedora

‘Bauhaus, una nueva era’ se estrenó el 23 de diciembre en Filmin para seguir rememorando el centenario del nacimiento de la Bauhaus, una escuela y movimiento de gran relevancia e influencia


Portada Bauhaus, die neue Zeit

Estamos ya enfilando los últimos días de 2019 y, de todas las efemérides que se han conmemorado este año, seguramente la primera que se nos viene a la cabeza cuando miramos hacia atrás no sea el centenario de la Bauhaus. Sin embargo, la serie que vamos a analizar aquí no es el único producto audiovisual estrenado este año para rememorar el nacimiento de una de las escuelas de arte más relevantes de la Historia. Hace algunos meses hablábamos de ‘Lotte am Bauhaus’, una producción de la televisión alemana que llegaba a España de la mano de Filmin. Dirigida por Lars Kraume y estrenada el pasado 23 de diciembre en la misma plataforma, la serie que hoy nos ocupa, ‘Bauhaus, una nueva era’, es un magnífico complemento. 

En realidad, más allá de cuestiones formales y de las indudables diferencias que se dan entre un largometraje y una serie de seis capítulos, el espíritu de ambas obras es cercano: una intención didáctica que busca transmitir la vocación rompedora de la escuela en un periodo convulso, poniendo en el centro de la trama –probablemente para intentar compensar y denunciar la falta de igualdad en la progresista y revolucionaria Bauhaus– a una figura femenina inspirada en personajes reales. Si en la película de la ARD la figura en la que se basaba la protagonista era Alma Siedhoff-Buscher –Lotte Brendel en la ficción–, en esta serie es Dörte Helm, interpretada por Anna Maria Mühe

A pesar de los méritos artísticos de esta pintora y diseñadora gráfica, la serie pone el foco en su relación con Walter Gropius, fundador y director de la Bauhaus al que da vida August Diehl. De hecho, la serie se estructura en torno a la narración y los recuerdos del propio Gropius, ya anciano, a una periodista en su residencia en Estados Unidos varias décadas después. Es cierto que esto limita el retrato de la escuela y del contexto social, artístico, cultural y político que la rodeaba, pero permite que la narración de los hechos desde la perspectiva de Gropius, recordando cosas diferentes a las que describe a la periodista, juegue con la verdad y la mentira, sin dejar claro cuál fue exactamente la relación entre los dos personajes principales. Por otro lado, la relación –intuimos que violenta– de la periodista con su marido queda también abierta, si bien es cierto que su inclusión no parece estar del todo justificada. El gran peso que tiene el romance de Gropius y Helm también impide en gran medida que la serie se centre en otros aspectos, por lo que no consigue capturar con fidelidad el Zeitgeist de la época de la República de Weimar; se muestra la convulsión política, la lucha de clases, el ascenso del nazismo o el surgimiento de la modernidad tras la Gran Guerra, pero no profundiza ni se adentra suficientemente en ello

Una excusa para describir una escuela 


Sin embargo, la historia de Dörte Helm, presente en aquel trascendental 1919, permite conocer la evolución y los desafíos de la Bauhaus en sus inicios, así como a sus principales protagonistas, incluyendo al propio Gropius, Johannes Itten, Gunta Stölzl o László Moholy-Nagy. Se trata, como ocurría con ‘Lotte am Bauhaus’, de una narración muy pedagógica, que busca justificar continuamente su estructura, intentando con ello transmitir la filosofía y los elementos diferenciales de la Bauhaus. De hecho, y regresando a la comparación con ‘Lotte am Bauhaus’, la mayor duración de la miniserie permite un mayor detenimiento en algunos personajes y momentos clave de la Bauhaus durante sus primeros años de vida, mientras estuvo situada en Weimar, antes de verse obligada a trasladarse por el ascenso del nazismo.

Fotograma 'Bauhaus, una nueva era'

Un elemento muy destacado y atractivo, que sirve como leitmotiv de los seis capítulos de 45 minutos de duración, y como complemento explicativo de lo que simbolizaba la Bauhaus, es la música, casi siempre diegética, proveniente de las fiestas celebradas en la escuela. Una escuela que cambió el arte, el diseño y la arquitectura para siempre, que ejemplificó el espíritu de una época y un país, –la Alemania de Weimar– y que conviene seguir recordando en este año que hemos celebrado el centenario de su nacimiento.

(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)

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