Tras un año
cargado de sorpresas en las votaciones más trascendentes a nivel mundial, las
Elecciones Presidenciales en Austria han deparado una nueva sorpresa. La
diferencia, no obstante, reside en que en esta ocasión se ha impuesto la
continuidad frente a las apuestas arriesgadas y populistas. El candidato
ecologista Alexander van der Bellen, que ya había sido el ganador en mayo, se
ha vuelto a imponer en la repetición electoral celebrada este domingo.
Van der Bellen ha
sorprendido a las encuestas preélectorales, una vez más. El antiguo líder de
Los Verdes se ha impuesto al ultraderechista Norbert Hofer con un 53,3% de los
votos, tras haber contabilizado un 98% de las papeletas y teniendo en cuenta
las estimaciones del voto por correo. A pesar de que Hofer se ha impuesto en la
mayoría de zonas rurales, la ventaja de Van der Bellen en Viena -se impuso en
los 23 distritos- ha sido muy notable.
¿Por qué tanta
diferencia?
Esta sería la
primera derrota que el populista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) recibe
en casi dos años, en los que el ascenso ha sido muy notable. La explicación no
reside en un giro a la izquierda de los austriacos, sino en el hartazgo que
este largo periodo electoral de casi un año ha generado en el electorado. La
impugnación de los resultados por el FPÖ les coloca como responsables de la repetición
de las elecciones, algo que no ha gustado a muchos votantes, que hoy lamentaban
el gasto de esta nueva convocatoria electoral y la inutilidad de la misma.
FOTO: REUTERS/Leonhard Foeger |
¿Qué va a pasar ahora?
La elección de
Alexander van der Bellen garantiza una cierta continuidad en un país en el que
el Gobierno en coalición entre socialdemócratas del SPÖ y democristianos del
ÖVP se desmorona. Cada día parece más próxima una convocatoria electoral para
la primavera de 2017 y, aunque la elección de Hofer podría haberlo precipitado,
no parece que Van der Bellen vaya a ser capaz de evitarlo.
Además la
elección del candidato ecologista puede tener una consecuencia más grave. Los
electores austriacos no suelen mostrarse partidarios de que un partido o una
tendencia ideológica acapare el poder en la jefatura del Estado y en el
Gobierno. Por ese motivo la elección de Hofer habría servido como freno a un
posible Gobierno de extrema derecha, sin embargo, la victoria de un candidato
de izquierda puede ser un incentivo para que el FPÖ consiga una mayoría más
holgada de la que ahora mismo le otorgan las encuestas. Encuestas que ahora
mismo lidera con más de un 30% de los votos, distanciándose cada vez más de
socialistas y conservadores.
Esa es la
preocupación que surge ahora, pues el cargo de Canciller lleva asociadas unas
competencias mucho mayores que las del Presidente. Y esa posición, en manos de
alguien como Heinz-Christian Strache, líder del FPÖ y mucho más radical que el
propio Hofer, conllevaría un auténtico riesgo. Pero de momento, algo más de la
mitad de los austriacos y gran parte de Europa celebran que durante los
próximos seis años no habrá un radical ocupando el despacho del Presidente de
la República en el Palacio del Hofburg.
(Publicado en bez.es)
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