El pasado martes
en la Conferencia de Presidentes autonómicos hubo comunidades que contaron con
un mayor protagonismo que otras. Por un lado, el País Vasco y Cataluña, las
teóricas y originales destinatarias de este tipo de reuniones, cuya ausencia
les ha otorgado una visibilidad que en ocasiones solo se logra a través del
vacío. También la presidenta andaluza, Susana Díaz ha sido foco de atención,
aunque debido sobre todo a las intrigas políticas del Partido Socialista, algo
que también acentuó la participación de Javier Fernández, presidente del
Principado de Asturias.
Falta por añadir
a esta lista, como no podía ser de otra manera, la omnipresente Comunidad de
Madrid. Los motivos de la gran visibilidad de la región que preside Cristina
Cifuentes fueron varios, desde el mayor
conocimiento de la presidenta por los periodistas, hasta las acusaciones de
dumping fiscal a Madrid por parte de las autonomías gobernadas por el PSOE,
pasando por un polémico tuit del PP de Madrid o por el interés de los medios en
informar sobre la comunidad donde reside un mayor número de potenciales
espectadores o lectores. Fuera por motivos verdaderamente informativos o por
aspectos prácticos en el quehacer periodístico, lo cierto es que Madrid recibió
una atención proporcionalmente mucho mayor que otras regiones -salvando, de
nuevo, a las que citábamos al principio que, por sus particularidades, siempre
acaban destacando-. Y en un evento como este, en el que las autonomías se presuponen
en un plano de igualdad, que los medios de comunicación nacionales sigan
priorizando la información de la capital resulta molesto para quienes no
residen en ella.
Otros ejemplos
En los últimos
días nos hemos enterado en toda España del cierre de las históricas cafeterías Nebraska madrileñas. Más allá de las 92 lamentables pérdidas de puestos de
trabajo, esta información apenas reviste interés más allá de Madrid. Y más
teniendo en cuenta que no habría trascendido de haberse producido la clausura
en una cadena de cafeterías vallisoletana o alicantina. Más tarde esta semana,
otros medios de ámbito nacional como El Español, Onda Cero, El Mundo o ABC se
han hecho eco de la venganza de los trabajadores despedidos por la cadena:
revelar la receta secreta de la famosa mostaza del Nebraska. Más allá de
tratarse de una mera anécdota cuya inclusión en un medio de comunicación
resulta cuestionable, lo que parece claro es que fuera de Madrid esa mostaza es
bastante irrelevante.
Seguimos. Sobre
el protocolo anticontaminación de Madrid nos hemos enterado y hemos discutido
todos. ¿Quién no ha visto fotos sobre la boina de contaminación sobre la
capital? Por el contrario, apenas se ha mencionado la situación en otras
ciudades donde los niveles de contaminación también han alcanzado límites
preocupantes. Igualmente, los festivos en Madrid marcan en gran medida la
programación televisiva o los contenidos de los diarios. Y cuando hay rebajas o
gran afluencia a los centros comerciales, las imágenes o entrevistas de gente comprando
suelen realizarse en Madrid o, en su defecto, Barcelona.
Causas
Soy partidario de
la ejemplificación y la sinécdoque, que permiten explicar un fenómeno a través
de una de sus partes, por eso utilizar Madrid como paradigma de un fenómeno
nacional no es necesariamente incorrecto. Mas en esta España tan plural, la
capital no siempre sirve para ilustrar un acontecimiento nacional. Y tampoco
los eventos regionales madrileños deben primarse con respecto a los de otras
comunidades.
Es evidente que
la cercanía de los periodistas a la noticia les permite llegar a ella,
conseguir fotografías o vídeos e informar con mayor lujo de detalles. Y si la
mayor parte de las redacciones de medios de comunicación están radicadas en
Madrid, parece comprensible que sean los eventos capitalinos los que mayor
repercusión tengan en los medios. Resulta más sencillo y, en términos de
audiencia, más rentable.
Pero el periodismo no debería regirse por lo sencillo
ni por lo rentable. Por eso convendría buscar un equilibrio entre regiones. No
solo para repartir competencias y financiación, sino también para repartir
minutos de telediario.
(Publicado en bez.es)
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