martes, 10 de enero de 2017

2017 trae malas noticias para los fumadores

Confiéselo, apenas llevamos dos semanas de 2017 y su propósito de dejar el tabaco ha vuelto a fracasar. Por el contrario, si usted es de los valientes que todavía no ha probado un cigarrillo en lo que va de año, enhorabuena y mucho ánimo, está tomando la decisión adecuada. Puede que resulte tópico, pero es uno de los propósitos de año nuevo más comunes: dejar de fumar. Y lo cierto es que es un momento particularmente bueno por las medidas que suelen entrar en vigor a principios de cada año.

FOTO: Pixabay
Estos días hace justo una década que la prohibición de fumar en los lugares de trabajo cerrados se hizo vigente. Y fue hace seis años cuando la medida se extendió a bares y restaurantes. Fueron dos de las leyes más polémicas de los últimos años y, en mayor medida si cabe, de las que más efectos y visibilidad han tenido entre la población.

La adaptación a la norma llevó tiempo y, especialmente la más reciente, no fue bien recibida entre los hosteleros, que poco tiempo antes habían tenido que realizar reformas en sus locales para adaptarse a la anterior legislación antitabaco que obligaba a separar las zonas de fumadores y no fumadores en los locales de más de cien metros cuadrados. Sin embargo, con la perspectiva que solo el tiempo otorga, y a pesar de las reticencias iniciales, hoy pocos dudan en afirmar que los efectos de estas medidas fueron positivos.

Sin ir más lejos, este mismo año 2017 ha traído consigo una subida en los impuestos aplicados al tabaco: 2,5% para los cigarrillos y 6,8% para el cada vez más popular tabaco picado para liar. Naturalmente, esto ha visto su reflejo en las cajetillas de muchas de las principales marcas, como Fortuna, Marlboro o Chesterfield, que han aumentado su precio en 10 céntimos. Esto se suma a la constante subida que ha experimentado el precio del tabaco desde hace ya décadas, principalmente a través de la fiscalidad. Para ilustrarlo, la subida de precios ha sido de más de un 600% entre 1990 y 2015, y desde entonces la tendencia ha seguido siendo alcista.

Además del precio, el envase ha sido otra de las armas para reducir el consumo de tabaco. Primero se obligó a incorporar un mensaje disuasorio, que más tarde se acompañó de desagradables fotografías sobre las consecuencias que el tabaquismo puede acarrear. Las compañías productoras se han visto obligadas a aumentar el tamaño de dichos mensajes y antes de mayo de 2017 estas adventencias deberán cubrir al menos un 65% de las cajetillas para adecuarse a la normativa europea.

También en otros países se toman medidas

En este sentido, el nuevo año también significó para las empresas tabacaleras la obligación de utilizar envases neutros en Francia, de forma que se limita por completo la capacidad de las empresas de fomentar el consumo a través del packaging o del marketing asociado al envase. El país galo se suma así a naciones como Reino Unido o Australia, donde ya se aplicaba esta normativa. Una normativa que ha sido encarecidamente recomendada por distintos organismos, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que es probable que pronto también se haga realidad en España.

Precisamente la OMS ha defendido la necesidad de prohibir fumar en coches donde viajen menores, algo que ya sucede en el Reino Unido, o mujeres embarazadas, como ocurre en Italia. También se aconseja extender los espacios libres de humo a playas o paradas de autobús. Sin ir más lejos, el Parlamento del País Vasco ha dado pasos en esta dirección al prohibir fumar en los estadios de fútbol y no será de extrañar que en un corto plazo medidas de este tipo se vayan extendiendo por España y el resto de países occidentales.

La tendencia es clara. Sin embargo, hay países que resultan sorpresivamente permisivos con el tabaco. Uno de ellos es Austria, que hasta la semana pasada no prohibía el consumo de tabaco a menores de 18 años. Además, el país centroeuropeo todavía permite fumar en bares y restaurantes, aunque en mayo de 2018 entrará en vigor la ley que lo prohíba.

Será entonces cuando Austria abandone su condición de último reducto del tabaquismo libre, impulsando así que muchos austriacos dejen de fumar. Hasta entonces, seguirán llegando medidas que motiven a muchas personas para vencer al tabaco. Porque la voluntad de cada uno es esencial para lograrlo, pero es evidente que cada vez resulta más caro fumar y más difícil encontrar un lugar para hacerlo.

(Publicado en bez.es)

No hay comentarios:

Publicar un comentario