Documentales muy diversos y ficciones muy emocionantes protagonizan las jornadas de jueves y viernes en un festival que vive sus días más intensos
Han sido dos jornadas muy intensas en el festival: numerosos directores, actores y miembros de equipos técnicos han acudido a presentar sus obras; el público ha crecido notablemente; la interacción entre ambos ha dado lugar a algunos debates y coloquios muy interesante y extensos; el viernes tuvo lugar una sesión triple, incluyendo la polémica obra ‘Silenciados. Cuando los maltratados son ellos’, que vino rodeada por una cierta tensión. Y, aun así, la verdadera intensidad de estos días se ha debido a las obras presentadas: emotivas, motivadoras, reivindicativas, tensas, complejas… El festival ha sido una auténtica delicia estos días.
Puro sentimiento y empatía el jueves
Dentro de la sección Historias con sentido se proyectaron tres documentales en torno a la discapacidad que demostraban que esta, en ocasiones, no es tal. ‘Los hombres de verdad no lloran’ narra la historia de Basilio, un antiguo jugador de hockey sobre hielo que actúa como utilero en su equipo. Su hijo, que también vive enamorado de ese deporte, no puede practicarlo por una rara enfermedad de cadera. Se trata de una obra más realista que épica, que resulta muy emocionante. También lo es ‘Sergio’, sobre un corredor de encierros de Pamplona con una particularidad que, por cómo se introduce en la película, no voy a revelar. La magnífica construcción de la narrativa y su cercanía permiten transmitir el sentimiento tanto para los que comparten esa afición como para los que no.
Finalmente ‘Cisco 2020’ relata la historia de superación de un joven que, tras quedar parapléjico en un accidente practicando snowboard, centra sus esfuerzos en superarse a sí mismo y en entrar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 practicando tenis sobre silla de ruedas. Aunque también es una historia real, la vitalidad arrolladora de su protagonista casi resta autenticidad a la cinta, como comentaba su director, Miguel Garrido, presente en la proyección.
Y si la sesión vespertina había sido una fuente de emotividad que lograba despertar la empatía de los espectadores, algo similar, pero con una mayor intensidad, lograba ‘Nosotros’, la historia de cinco jóvenes durante los días que rodearon a las Elecciones Generales de diciembre de 2015. A través de una serie de historias cruzadas se logra transmitir el torrente de sensaciones que vivía la juventud española en un momento en el que un cambio político parecía estar más cerca que nunca.
Un extraordinario retrato de una generación y de un momento histórico que, al menos en quien escribe, despertó fortísimas emociones. Como decían Seda, actor, y Rober, director de fotografía, en su presentación, es una película rodada “con pocos medios, pero con esfuerzo y cariño” y, efectivamente, la abundancia de los segundos compensa la falta de los primeros para ofrecer un trabajo que, como ellos mismos afirmaban, es, ante todo, sincero.
Un extraordinario retrato de una generación y de un momento histórico que, al menos en quien escribe, despertó fortísimas emociones. Como decían Seda, actor, y Rober, director de fotografía, en su presentación, es una película rodada “con pocos medios, pero con esfuerzo y cariño” y, efectivamente, la abundancia de los segundos compensa la falta de los primeros para ofrecer un trabajo que, como ellos mismos afirmaban, es, ante todo, sincero.
La jornada más larga tuvo de todo
‘Dos hombres del mesolítico’, un documental sobre un importantísimo hallazgo arqueológico en la montaña leonesa abría la sesión del viernes. Con la presencia de sus directores y de gran parte de sus protagonistas, narraba un descubrimiento de gran trascendencia en el ámbito científico, que, no obstante, resulta olvidado en la provincia, sobre todo debido al nulo interés de las instituciones públicas que deberían difundir trabajos como este, en el que se combinan cultura y ciencia –dos de las grandes enemigas de los gobernantes actuales–. Enmarcado en la sección de Cine leonés, es un trabajo muy humilde en el aspecto técnico, pero que realiza una gran labor de divulgación.
La segunda sesión comenzó con la proyección de ‘El fantástico hidalgo de la Estepa Póntica’, que ya había sido vista en la gala inaugural. Se trata de un divertido falso documental sobre la posibilidad de que Miguel de Cervantes plagiase el Quijote de una historia que habría conocido estando preso en Argel. Tras ella se proyectó ‘Silenciados. Cuando ellos son los maltratados’, un documental que muestra la realidad de los hombres maltratados, de las denuncias falsas por violencia de género o de la escasez de custodias compartidas.
La obra es una sucesión de falacias, incoherencias y teorías de la conspiración que busca explotar la propia polémica que despierta y que intenta descaradamente convencer al espectador de algo que es, por lo menos, muy sesgado e incompleto. La proyección despertó algunas discusiones en los pasillos y la entrada y hubo personas que abandonaron la sala, no sé si ante lo burdo de las explicaciones, la desfachatez del mensaje o lo descuidado y repetitivo de la narración. No obstante, se trata de una apuesta valiente del festival, ofreciendo altavoz a versiones alternativas, algo que siempre es necesario. En el mensaje grabado por el director que se mostró antes de la película mencionaba que es el primer festival en España que proyecta su película y, aunque no puedo estar más en contra de su mensaje, me parece un acierto que este festival sí se haya atrevido, pues estas narrativas deben enfrentarse –si así lo considera cada uno– con argumentos y no con censura.
La obra es una sucesión de falacias, incoherencias y teorías de la conspiración que busca explotar la propia polémica que despierta y que intenta descaradamente convencer al espectador de algo que es, por lo menos, muy sesgado e incompleto. La proyección despertó algunas discusiones en los pasillos y la entrada y hubo personas que abandonaron la sala, no sé si ante lo burdo de las explicaciones, la desfachatez del mensaje o lo descuidado y repetitivo de la narración. No obstante, se trata de una apuesta valiente del festival, ofreciendo altavoz a versiones alternativas, algo que siempre es necesario. En el mensaje grabado por el director que se mostró antes de la película mencionaba que es el primer festival en España que proyecta su película y, aunque no puedo estar más en contra de su mensaje, me parece un acierto que este festival sí se haya atrevido, pues estas narrativas deben enfrentarse –si así lo considera cada uno– con argumentos y no con censura.
La noche concluyó, en un tono más amable, con ‘Una vida sublime’, una tensa, sorprendente e inteligente obra perteneciente a la sección de cine portugués. Un doctor que vive una vida feliz quiere hacer que otras personas aprendan a apreciar la vida, para lo que tiene dos estrategias, a cual más controvertida y radical. Con una apuesta que recuerda parcialmente a ‘El club de la lucha’, deja que el espectador saque sus propias conclusiones sobre la felicidad y el sentido de la vida, algo que generó un atractivo debate con el director y el director de fotografía tras el pase de la obra. Una obra que es tensa y emocionante, con continuos subes y bajas y sorpresas. Una montaña rusa de sentimientos. Como han sido estas dos jornadas del festival.
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)
Foto de portada: 'Nosotros'
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