‘Modern Love’, que se estrena el 18 de octubre en Amazon Prime, ofrece ocho historias ligeras y con un gran elenco de intérpretes sobre el amor en las sociedades occidentales actuales
De una forma o de otra, no importa que nos tachen de cursis, debemos admitir que el amor mueve el mundo. Sea amor a tu pareja, a tu familia, al prójimo o, a menudo, amor al dinero, siempre está ahí. El sentimiento es universal y atemporal, pero sí que evoluciona su expresión, su significado y su interpretación. ‘Modern Love’ parece aspirar, al menos en su concepción, a ser el tratado definitivo sobre cómo entender el amor en la actualidad. Por suerte, esa concepción se abandona y, en su lugar, ofrece ocho historias sencillas y mucho más intimistas que, si bien no realizan un retrato novedoso o rompedor del amor contemporáneo, sí que se acercan de una forma entretenida a la esencia de cómo vivimos el amor ahora que estamos a punto de empezar la tercera década del siglo XXI.
Se trata de una serie antológica compuesta por ocho episodios de unos treinta minutos con el amor como elemento central, pero entendiendo este amor de forma amplia, sin el reduccionismo ni la gravedad del amor romántico. De hecho, aunque es verdad que las relaciones de pareja más o menos convencionales son predominantes, hay abundantes reflexiones sobre un amor que va mucho más allá de ellas. El amor a uno mismo, el amor paterno o materno-filial o la amistad –quizá una de las formas más puras de amor– están presentes de forma subyacente y más protagonista de lo que se percibe a primera vista.
Está la historia del portero de un edificio, que se convierte en el mejor apoyo de una madre soltera y su hija. La del creador de una aplicación de ligue que retoma su primer amor gracias a una periodista. La de una mujer a la que su bipolaridad impide relaciones de amistad o de pareja duraderas. La de una pareja que acude a terapia para poder salvar un matrimonio anodino y gastado por la rutina. La de una chica con la necesidad patológica de gustar, que acompaña, durante una noche de hospital, al chico que acaba de conocer. La de una joven que ve en un compañero de trabajo mucho mayor una figura paterna. La de una chica embarazada acogida por una pareja de homosexuales. La de una pareja de ancianos que comienza su relación ya en el final de la vida.
Son historias desiguales, algunas muy bonitas –como la primera–, otras con muchísimo cine –la tercera– y otras más convencionales –la cuarta–. Cada una de ellas tiene una estética y una narración propias, si bien es cierto que todas comparten unos rasgos comunes, como son la de tener a Nueva York como escenario o ese ambiente hípster y excesivamente positivo que sirve de elemento cohesionador.
Retrato de la sociedad contemporánea
También comparten el predominio de la sencillez y la contención, con un marcado buenrollismo y optimismo, cercano al cargante estilo de Mr. Wonderful. Quizá sea esta otra señal más de ese espíritu hípster que recorre toda la serie, y que se hace patente en aspectos que van desde los entornos laborales que se observan hasta el vestuario, pasando por las viviendas de los protagonistas y la propia imagen que se ofrece de la ciudad. Incluso los títulos de cada entrega, propuestas originales y muy descriptivas, se aproximan a ese estilo desenfadado, distante e ‘intensito’ de la posmordenidad. Más allá de que nos atraiga o no, hay que reconocer la gran capacidad de mímesis que se consigue con este contexto social y esta filosofía de vida de las sociedades occidentales.
Además, ‘Modern Love’ aborda algunos de los fenómenos que afectan con mayor intensidad a estas sociedades modernas, como las enfermedades mentales o la maternidad en solitario. No obstante, la manera de afrontarlos es un tanto superficial, pues se busca evitar los excesos o los dramas más impactantes, por lo que casi cualquier tema que se toca queda más esbozado que analizado en detalle, recurriendo siempre a finales felices e historias ligeras.
Cuenta, para ello, con un reparto de excepción: Anne Hathaway, Dev Patel, Andy García, Julia Garner, Andrew Scott, Tina Fey, Catherine Keener, John Slattery o Sofia Boutella, entre otros. Son uno de los grandes atractivos de una serie suave, sin estridencias y que, sin destacar para bien ni para mal, sí que realiza un retrato bastante acertado, por intrascendente, de la modernidad.
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)