Con el sello de Guillermo del Toro y protagonizada por Orlando Bloom y Cara Delevingne, la gran apuesta de Amazon, ‘Carnival Row’, es una serie de fantasía ambientada en una ciudad victoriana en la que una ola de asesinatos despierta el pánico en medio de una crisis migratoria y de racismo
Sin embargo, aquí está indudablemente su mundo: fantasía y mensaje político subyacente incluidos. En este caso, crítica al racismo, la xenofobia y la discriminación a través de una sociedad victoriana en la que hadas, faunos y otras criaturas fantásticas viven refugiadas en una ciudad humana, en el que son discriminadas, tras haber tenido que huir de sus hogares por la guerra causada, precisamente, por los humanos. La asociación con la situación actual de tantas personas que deben huir del infierno en el que se han convertido sus países se acentúa por el comienzo del piloto con el naufragio de un barco que trasportaba a hadas que escapaban de su hogar.
La serie es inteligente en su retrato sociopolítico, con referencias cuidadas y con trasfondo en torno a los temas ya mencionados, pero también a otros como el colonialismo, la religión o la política, en el que los bandos se dividen entre quienes quieren acoger e integrar a los seres fantásticos y quienes abogan por la superioridad de los humanos y por no aceptar más inmigrantes. No obstante, en ningún caso se trata de referencias sutiles y, en ocasiones, centrarse en esos debates sociopolíticos impide que las tramas adquieran la agilidad que a veces sería bienvenida.
Más que una crítica sociopolítica
Con el contexto que hemos mencionado de fondo, la trama principal se centra en la investigación de una serie de horribles asesinatos por el inspector Rycroft Philostrate (Orlando Bloom). La trama se va complicando a medida que avanzan los capítulos de 50-60 minutos, y nuevas líneas argumentales se van incorporando, cruzándose entre ellas, lo que va añadiendo emoción y capas a la historia. De hecho, el piloto es quizás el episodio más flojo, prestando más atención a esos aspectos de contexto que permiten referirse a la sociedad actual que al desarrollo de la historia principal, y sin haber dado cabida todavía a las líneas argumentales secundarias.
A medida que avanza ‘Carnival Row’, también el ritmo va creciendo, si bien es cierto que tanto en la narración como en algunos elementos del guion todavía hay margen de mejora de aquí hasta el final de esta primera temporada. Quizás el punto de inflexión lo marca el tercer capítulo, que realiza un flashback que explica la relación del personaje de Bloom con el de Cara Delevingne, que interpreta al hada Vignette. A partir de este momento, habiendo entendido mucho más sobre el pasado de gran parte de los personajes e historias, el contenido de los siguientes episodios es más sencillo, enriquecedor y disfrutable.
Más allá de estos elementos, si la serie destaca por algo es por su gran poderío visual, por una magnífica ambientación con una notable estética steampunk –la serie se rodó en Praga, que recrea la ciudad victoriana de The Burgue– y por un gran cuidado del vestuario y el maquillaje. El casting también resulta acertado y, sin interpretaciones memorables, casi todo el elenco está más que correcto.
Parece que estos últimos puntos continuarán en lo que queda de temporada. Veremos si los relacionados con la trama, la crítica sociopolítica y la narración aprovechan sus virtudes y mejoran sus debilidades. Así, ‘Carnival Row’ podría alcanzar sin problema la relevancia a la que parece estar destinada.
Parece que estos últimos puntos continuarán en lo que queda de temporada. Veremos si los relacionados con la trama, la crítica sociopolítica y la narración aprovechan sus virtudes y mejoran sus debilidades. Así, ‘Carnival Row’ podría alcanzar sin problema la relevancia a la que parece estar destinada.
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)
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