Las jornadas de miércoles y jueves, las últimas antes de la gala de clausura, combinaron cortometrajes de ficción y conmovedoras historias con sentido
La V edición del Festival de Cine y Televisión Reino de León se despide de sus proyecciones con abundancia de títulos. Las secciones de Historias con sentido y de Cortometrajes de ficción proyectaron sus últimos pases en unos días en los que se mostraron algunas de las obras más emocionantes del festival. La gala de clausura que tendrá lugar hoy viernes en el Auditorio Ciudad de León reconocerá los mejores trabajos de una edición marcada por la mayor cantidad de obras presentadas y por un crecimiento en la asistencia de público.
Pura emoción en un día de marcado corte social y humano
Algunas de las obras más conmovedoras y esperanzadoras que se han proyectado en este festival se pudieron ver el miércoles en una jornada que comenzó con la presentación de sus obras por parte de la responsable de comunicación del Comité Español de ACNUR, organización que produce ‘La niña bonita’, y del director y la protagonista de ‘Senegal sonríe’. ‘La niña bonita’ narra la historia de una joven de 15 años y su familia, huidos de Siria y atrapados en un campo de refugiados en Grecia, mientras esperan la reagrupación familiar con su padre, que ha conseguido llegar a Alemania. Combinada con la historia de una mujer que, teniendo también 15 años, se convirtió en refugiada durante el golpe de estado contra Salvador Allende en Chile, ofrece una visión emotiva hasta el llanto y cargada de esperanza de uno de los mayores dramas del presente.
‘Senegal sonríe’, con un espíritu igualmente optimista y más desenfadado, muestra la acción de un grupo de dentistas españoles que cada año viajan a aldeas senegalesas para cuidar la salud bucodental de la población local. Como la anterior, trata a sus protagonistas con dignidad, centrándose en el lado humano de las personas, algo que se destacó en el coloquio posterior, en el que también se alabó la tarea tanto de ACNUR como de los dentistas de Senegal Sonríe.
La sesión había incluido también el cortometraje ‘Princesa de hielo’, un trabajo de Aldeas Infantiles, producido por El Deseo, de los hermanos Almodóvar, sobre un niño que para Reyes desea el disfraz de la princesa Elsa, de la película ‘Frozen’. Sirvió de alguna forma de antesala a los cortos que se proyectaron en la sesión nocturna, empezando por ‘Muñeca negra’, que fue presentada por Mateo Nicolau, su director y guionista. Cuenta la historia de una joven negra que quiere ser actriz pero que solo consigue papeles marginales por su color de piel.
También estuvieron presentes para introducir su película el director Sergio Morcillo y el guionista Santiago Taboada, autores de ‘Gotas’, una obra de terror sobre una adolescente cuyos padres han muerto y que siente un fuerte dolor en su interior. Su juego con la tensión resulta por momentos aterrador, mucho más que ‘La dama de sal’, un thriller sobre un navío español que durante el siglo XVI navega por unas aguas malditas.
Siguiendo en un barco, pero con una historia, lamentablemente, mucho más real, se proyectó ‘Uno’, protagonizada por Pedro Casablanc, que da vida al patrón de un barco pesquero cuya tripulación encuentra a la deriva un móvil en una bolsa de plástico. Una cinta aparentemente sencilla pero que oculta una historia muy dura. Algo similar ocurre con ‘Funky Lola’, centrada en una mujer jubilada que, para ayudar a su problemático hijo a saldar una deuda, comenzará a buscar desesperadamente una fuente de ingresos. Igualmente parece intrascendente, pero escondiendo una fuerte crítica social, ‘Lo cotidiano’, sobre una mujer en un bar a la que otras tres mujeres rodean y comienzan a acosar. Mucho más directa es ‘Madres de luna’, la historia de cuatro mujeres embarazadas en distintos lugares y condiciones que sufren distintos tipos de violencia. Por último, ‘Ayer o anteayer’ relata la historia de dos hermanas a bordo de un coche tras haber tenido una pelea.
Las proyecciones se cierran siguiendo la línea del festival
El festival ha contado con la presencia de obras diversas, con protagonismo para un cine concienciado, que busca emocionar y hacer reflexionar, algo que fue también aplicable a la última jornada de proyecciones del jueves. Dentro de la sección de Historias con sentido se presentaba ‘Anormal’, una obra muy humana sobre la pobreza que se vive en algunas zonas de Senegal. Tras ella se proyectó ‘Gigantes descalzos’, sobre un equipo de baloncesto de niños y niñas indígenas de México a los que el deporte de la canasta ha permitido acceder a la educación y a una perspectiva de futuro. Una cinta muy auténtica, que seguía la línea de ‘La niña bonita’ y ‘Senegal sonríe’, y que despertó un atractivo coloquio con su director y guionista, Iván Roiz, que acudió a presentar su trabajo.
También estuvo presente, ya en la última sesión del festival, Javier Roldán, responsable de ‘Vida y muerte de Jennifer Rockwell’, basada en un personaje de una novela de Martin Amis, una exculturista que escribe una carta a su tía antes de tomar una decisión trascendental. ‘Scratch’, con una estrategia audiovisual abrumadora y agobiante, narra la historia de un joven con una discapacidad cognitiva que una noche presencia una paliza sin hacer nada. En tono de comedia encontramos ‘RIP’, una obra con un humor muy negro protagonizada por Itziar Castro, que da vida a una mujer que prepara el funeral de su marido, al que quedan 48 horas de vida. Una cinta cómica es también ‘Preliminares’, que relata las peripecias de una primera cita que no acaba demasiado bien.
Rodada en francés, ‘La vivre ensemble’ es un film muy interesante sobre un director de escuela parisino que, tras los ataques terroristas de noviembre de 2015, deberá implementar medidas preventivas entre sus escolares, de entre 3 y 11 años. Otra obra que resultó atractiva fue ‘Madre’ de Rodrigo Sorogoyen, un tensísimo plano secuencia sobre una impotente y desesperada madre que recibe la llamada de su hijo de seis años, abandonado por su padre en una playa de Francia. La obra que cerró el festival fue ‘El mar amor’, sobre una mujer que, ante la falta de recursos, decide utilizar a su hija como moneda de cambio.
Terminan así 13 días de proyecciones, con obras muy diferentes: arriesgadas, comprometidas, con una gran capacidad de emocionar o de enseñar… Cine de mucho nivel, que este viernes será reconocido en la gala de clausura que bajará el telón de un festival que camina en la buena dirección.
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)
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