‘Criminales en el mar’, que se estrena hoy en Netflix, reformula ‘Asesinato en el Orient Express’ en clave de comedia con Adam Sandler y Jennifer Aniston
No suelo coincidir con los puristas que defienden que el cine debe mantenerse en las salas y no expandirse por plataformas de uso doméstico, pero es cierto que en determinados casos la experiencia es mucho más completa y rica en una sala, centrados únicamente en la historia, a oscuras y con las mejores condiciones técnicas posibles: ‘Roma’, ‘Endgame’ o el oscurísimo y polémico capítulo ‘La larga noche’ de la última temporada de Juego de Tronos pueden ser algunos ejemplos de esto. Frente a estos casos, siempre ha habido títulos en las carteleras que nos llamaban la atención, aunque no lo suficiente para pagar una entrada; el clásico “me espero a que la echen en televisión” o, más recientemente, a que esté en Netflix o HBO. ‘Criminales en el mar’ (‘Murder Mystery’), la nueva película de Netflix, que se estrena hoy 14 de junio, entra perfectamente en esta categoría.
En ella, Jennifer Aniston y Adam Sandler –probablemente, dos de los intérpretes más habituales en ese tipo de comedias románticas que “bah, mejor me espero a que la den por la tele”–, dan vida a una pareja neoyorkina que, en un viaje a Europa por su 15º aniversario, se ven envueltos en un caso de asesinato propio de las novelas de Agatha Christie. Entre hoteles de lujo, yates y mansiones, su viaje les lleva de Málaga a Mónaco y al Lago Como, huyendo de la policía, que les considera los principales culpables, e intentando descubrir quién está detrás de lo ocurrido.
Comedia de detectives
La película recurre intencionadamente a todos los clichés del género: mayordomos, venganzas, personajes siniestros, matrimonios por interés, confesiones falsas, sospechosos que aparecen muertos… Se parodian y, en cierta medida, se homenajean las novelas y películas de este estilo. La referencia más clara, por el espacio cerrado y los múltiples personajes con motivo, es ‘Asesinato en el Orient Express’, a la que se alude además en el final de la historia. Se incluye, igualmente, un inspector francés, interpretado por Dany Boon, que, inevitablemente, recuerda a Hercule Poirot. Mas los personajes aunque variopintos y paródicos del género, resultan, como casi todo en la cinta, superficiales.
Está lejos, en definitiva, de cualquier obra de Agatha Christie y de la mayoría de adaptaciones. Resulta menos enrevesada e ingeniosa, pero es entretenida si no le buscamos demasiado la lógica y si no somos demasiados exigentes. También en la narración se acude a numerosos lugares comunes, dejando clara la perspectiva estadounidense de la película y mostrando el exotismo que tiene Europa para ellos. En este sentido, abunda ese humor tan propio del cine estadounidense, que pretende ser gamberro pero que en realidad resulta básico e infantil. No obstante, a pesar de que buena parte de los chistes no tienen excesiva gracia y sean repetitivos o escatológicos, sí hay elementos divertidos. La mayoría, protagonizados por un Sandler que sabe caer en el patetismo y que durante el primer tercio de la obra protagoniza algunos momentos bastante incómodos con Aniston, dando vida a una pareja mal avenida tras quince años de matrimonio.
Que eso sea lo más atractivo de la obra da una idea del tipo de película. Una película aceptable para desconectar, para seguir con el tirón de ‘Alta mar’ o para echar un puñado de risas fáciles. Lo más seguro es que no hubiera merecido la pena ir al cine y pagar por verla, pero es probable que encaje en el catálogo de Netflix y que sea un buen pasatiempo doméstico.
Lo mejor: la calculada ridiculez del personaje de Adam Sandler
Lo peor: la falta de inteligencia de la mayoría de chistes
Nota: 5.5/10
Nota: 5.5/10
(Publicado en Los Lunes Seriéfilos)
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