Mañana se estrena en Netflix ‘Polar’, en la que Mads Mikkelsen da vida a un asesino a sueldo que, a punto de retirarse, es perseguido por su antigua organización. La obra adapta una novela gráfica de Dark Horse Comics e introduce un tono más liviano y una estética más colorida y espectacular que las historias clásicas sobre asesinos
No tiene la seriedad ni la dureza de las películas protagonizadas por Keanu Reeves, pero para quienes no somos devotos aficionados al thriller de fríos asesinos ultraefectivos, resulta novedosa y juguetona, además de tener momentos y guiños muy divertidos. Sin llegar a ser una parodia, sí que es consciente de las reglas del género, jugando con ellas e introduciendo una estética novedosa. Estética que se deriva de su origen como cómic y que incluye títulos sobreimpresos con caligrafías llamativas, pantallas partidas y vestimentas muy particulares y reconocibles. A esto se suma la música de deadmau5, que le imprime un ritmo muy ágil.
Podríamos, tal vez, cuestionar la adecuación de las herramientas que utiliza para la historia que se narra, y es cierto que en ocasiones parece no encontrar su sitio al caminar entre dos estilos. Sin embargo, esto le permite jugar con los contrastes. El más interesante, el que se da entre los coloridos, cómicos y brutales perseguidores y el gris y casi anodino protagonista, que también deja, no obstante, notas de su visualmente espectacular violencia.
Es interesante el trabajo de Mads Mikkelsen ('La Caza') y el de una melancólica e inescrutable Vanessa Hudgens, pero ni sus personajes, ni mucho menos el resto, muestran un arco evolutivo desarrollado. Son personajes bastante estereotipados, algunos de ellos hasta el extremo, lo que aligera la trama, pero le resta profundidad. Tampoco se caracteriza la película de Jonas Åkerlund por una gran inteligencia, ni por la presencia de giros de guion ni grandes sorpresas. Pero esta sencillez no juega en su contra, pues permite un visionado mucho más relajado y disfrutable –a lo que se suman esos elementos cómicos y visuales–, y evita perderse en narraciones demasiado rebuscadas e irresolubles.
Y no podemos terminar sin señalar que, al contrario que en otras obras de asesinos, no hay peleas verdaderamente emocionantes en los que el enfrentamiento físico o el cruce de disparos sea intenso. Se trata más bien de choques muy breves resueltos de manera espectacular, pero sin haberse generado una gran dosis de tensión o interés. Aquí se nota, una vez más, la influencia del cómic en la presentación.
Influencia muy interesante y bienvenida, que refresca un tipo de cine, como son las historias de asesinos implacables y efectivos, muy marcado por unos patrones. Sin la intensidad ni la fuerza de historias como el citado ‘John Wick’ o ‘Venganza’, ‘Polar’ sabe jugar sus cartas para lograr un trabajo menos normativo, pero muy entretenido.
Lo mejor: es realmente divertida
Lo peor: un poco más de profundidad en la narración no hubiera estado mal