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La eliminación de los controles de frontera y de la necesidad de pasaporte al viajar a otros países de la UE revolucionó los viajes internacionales, tanto por ocio como por trabajo. Este 15 de junio se da un importante paso en la misma dirección con la eliminación de las tarifas de roaming en la Unión. ¿Qué implica esto? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de viajar o de contratar una tarifa?
Se entiende por roaming el sobrecoste que el cliente debe pagar por utilizar su servicio de telefonía móvil (llamadas, mensajes de texto o navegación) desde el extranjero. Aunque esos costes adicionales se han ido reduciendo progresivamente en los últimos años, todavía suponían una importante molestia para quienes se desplazaban a otro país.
Salvo que las operadoras tengan acuerdos adicionales -Vodafone, por ejemplo, tampoco cobra por la itinerancia móvil en Estados Unidos o Turquía-, los países en los que se podrá utilizar el dispositivo móvil al mismo precio que en España serán los miembros de la Unión Europea, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega. El Reino Unido, a la espera de lo que deparen las negociaciones del brexit, se considera por el momento como un país miembro y también en su territorio desaparecerán estos gastos.
Las compañías de telefonía tienen hasta el 15 de junio como fecha límite para eliminar estos sobrecostes, algo que Vodafone, por ejemplo, hizo ya a finales de 2015 en sus tarifas de contrato. El resto, Movistar, Orange, Yoigo, Pepephone o Simyo, apurarán el plazo y será el mismo día 15 a las 00.00 hora española cuando comiencen a aplicar la medida. Para poder disfrutar de la misma no hará falta ningún tipo de alta ni de acción por parte del usuario, pues la entrada en vigor será de manera automática.
Se evitará el uso abusivo
No hay nada que impida a un usuario español comprar una tarjeta SIM en otro país de la Unión mientras está de visita. Sin embargo, para evitar que un viajero pueda contratar una tarifa en un país con precios más baratos y utilizarla de forma constante en su país, lo que se denomina “roaming permanente” se han establecido políticas de uso razonable.
En el caso de que se demuestre el abuso por parte del cliente, la compañía pasaría a aplicar un recargo equivalente al precio mayorista, que será de 7,7 euros el gigabyte; 3,2 céntimos por minuto de llamada; y 1 céntimo por mensaje de texto. Estos precios, que han disminuido hasta un 90%, seguirán reduciéndose hasta lograr que en 2022 por cada gigabyte de información se paguen 2,5 euros.Si durante cuatro meses la compañía detecta que la tarifa contratada se utiliza principalmente en un país distinto al de compra se pondrá en contacto con el cliente para exigirle que demuestre que no está haciendo un uso indebido. Una estancia Erasmus, un viaje para aprender idiomas o el trabajo en un país y la residencia en otro, por ejemplo, se considerarían aceptables y podrían justificarse, pero no así la compra, por ejemplo, de una tarjeta en Portugal con un precio menor para utilizar el teléfono de forma continua en España.
Diez años de negociaciones
La fijación de estos precios mayoristas, el que las operadoras se cobran entre sí por la prestación de los servicios en itinerancia, supuso uno de los mayores escollos de la negociación y fue, de hecho, el último elemento sobre el que se logró un acuerdo. Pero ese acuerdo, alcanzado entre el Parlamento y el Consejo Europeo y ratificado por los Estados miembros, no ha dejado satisfechos a todos.
Las compañías de telefonía españolas, igual que las de otros países con importante afluencia de turistas, no eran partidarias de esta rebaja en los precios mayoristas, pues deberán prestar una gran cantidad de servicios a cambio de unas compensaciones relativamente bajas y que podrían no ser suficientes para cubrir costes.
(Publicado en bez.es)
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