Hoy 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. Como ocurre con todos los días mundiales y efemérides, 24 horas no suelen ser suficientes, pero sí son un buen momento para recordar a todos los héroes y heroínas que día a día dan lo más valioso que poseen.
Porque la sangre de una persona tiene un valor incalculable. Sobre todo cuando se da de forma gratuita para otro ser humano que ni siquiera conoces. Dar tu sangre por alguien es el mayor gesto de sacrificio que puedes realizar. Te convierte en salvador. Y ello sin necesidad de viajar a un lugar desolado por la guerra o un terremoto y sin tener que ser médico, policía o bombero. En realidad, no hace falta ponerse una capa para convertirse en un héroe.
Solo hace falta ser mayor de 18 años, encontrarse bien de salud y desayunar bien ese día. Con eso y con 30 minutitos puedes haber salvado la vida a otra persona. Una persona con leucemia que necesita transfusiones casi diarias para sobrevivir, un joven que tuvo un accidente en su moto o alguien que ha sido víctima de un atentado terrorista.
Precisamente los ataques terroristas o las grandes catástrofes tienen la costumbre de despertar la solidaridad de las personas. Los hospitales de Madrid se colapsaron el 11 de marzo de 2004: no solo por las víctimas del ataque, sino también con ciudadanos anónimos que acudían a donar sangre. En España somos muchas cosas, no todas buenas, pero de lo que sí podemos estar orgullosos es de nuestra solidaridad: nuestra respuesta ante este tipo de catástrofes acostumbra a ser ejemplar, pero además, España es líder mundial en donación de órganos. Nuestro país, vago e ineficiente, está llenos de héroes y heroínas.
FOTO: Getty Images |
Este domingo en Orlando, tras el tiroteo que causó medio centenar de muertes, los centros de donación de sangre se llenaron de héroes. Pero precisamente en el estado de Florida está prohibido que las personas homosexuales donen sangre. Hubo rumores sobre el levantamiento de esa prohibición tras el atentado en el club Pulse, pero desconozco si finalmente fue así.
Es una muestra más de la falta de igualdad que sigue sufriendo la comunidad LGTBI y que estos días es tan necesario reivindicar. Y es que, independientemente de este caso concreto, los homosexuales no pueden donar sangre en numerosos países del mundo, incluyendo muchos países occidentales y europeos. La teórica razón es su mayor riesgo de contraer VIH; como si los heterosexuales no pudieran contagiarse y como si no se hicieran análisis en todas y cada una de las donaciones.
Por cierto, estos análisis son una de las ventajas de la donación de sangre. Acudir regularmente a donar (cada tres meses los hombres y cada cuatro las mujeres) nos permite tener nuestra salud un poquito más vigilada. Pero es que también nos invitan a un bocadillo y un refresco después de cada donación para recuperar fuerzas. Eso, a cambio de un pinchazo que, de verdad, duele menos que arrancarte un pelo de la nariz.Y por encima de todo eso, el sentimiento de estar salvando la vida a una persona. Una persona que vive gracias a ti. Saber eso, saber que eres un auténtico héroe, es una sensación impagable. Y es que solo lo verdaderamente valioso se paga con sangre.
(Publicado en El Blog del Suscriptor de El Español)
No hay comentarios:
Publicar un comentario