domingo, 26 de junio de 2016

Una historia de familia

Hay 197.245 personas que hoy están llamadas a las urnas por primera vez. El 20 de diciembre no tenían aun 18 años, por lo que muchas de ellas se estrenarán durante las próximas horas en el derecho básico de la democracia. En ese derecho no se estrenará mi abuela, pero sí vuelve a ejercerlo tras muchos años ausente de su cita electoral. 

Mis abuelos fueron juntos y llenos de ilusión a votar por Suárez en las primeras elecciones democráticas tras la Dictadura. Era el año 1977 y las únicas nociones de democracia que tenían no eran más que algunos recuerdos de su niñez y la clase acelerada que supusieron los primeros años de la Transición. Mi abuelo hace mucho que no está y mi abuela no ha vuelto a votar. Eso, a pesar de mi insistencia en las últimas convocatorias, en las que siempre me topé con su desencanto y con su “todos son iguales”. 

Pero donde yo fracasé, triunfó mi hermana. Tiene 21 años, acaba de terminar la carrera de Derecho y le gusta salir por la noche; no es especialmente activa en política, pero sí es consciente de lo que significa ejercer sus derechos. Sabe lo que quiere y, sobre todo, sabe lo que no quiere. Por eso, tras votar en su colegio electoral, acompañará a mi abuela al suyo. 

Mis padres también acudirán a las urnas. Ellos han sudado la camiseta toda su vida, trabajando duro, que es lo que tenemos que hacer los que no tenemos cuentas en Suiza ni en Panamá. Son dos personas bien informadas que sé que, elijan lo que elijan, lo harán con coherencia. 

Yo no esperé al domingo. Yo voté el viernes porque resido en otro país y, tras un largo proceso de ruego del voto, acudí a depositar mis papeletas en la urna disponible en la Embajada. Vivo en una capital europea, por lo que en menos de una hora puedo llegar a la Embajada y votar; muchos otros emigrados lo tienen más difícil y, dadas las dificultadas y trabas del proceso, más del 90% de españoles que viven en el extranjero se quedarán sin sufragio una vez más. 

En mi familia vamos a votar de maneras muy distintas, con intereses y nociones diversas, pero siempre intentando acertar en lo que es más adecuado para nosotros, para los nuestros y para todos. Es posible que nuestros votos apoyen candidaturas opuestas, pero eso es la democracia. Lo importante es que todos habremos votado con responsabilidad y raciocinio, considerando nuestras opciones y actuando en consecuencia. 

Nunca he sido muy bueno en lo de las generaciones, pero parece claro que aquí tenemos al menos tres. Tres generaciones que acudiremos a las urnas porque sabemos la importancia que eso tiene. Y junto a las generaciones que nosotros representamos, todas las generaciones del país que están llamadas a votar este 26-J. Ya lo hicimos hace seis meses y ahora debemos volver a hacerlo. O lo que es lo mismo, lo que los ciudadanos decidimos en diciembre fue inútil y nuestros representantes malgastaron nuestro voto, nuestro tiempo y nuestro dinero. 

Volver a las urnas puede considerarse de alguna manera un fracaso. En gran medida, está en nuestra mano que no vuelva a ocurrir. Y para eso hay que ir a votar. Y quizás mañana el panorama no haya cambiado mucho; puede incluso estar peor. Pero será nuestra decisión. Y solo si nosotros hemos cumplido con nuestros deberes podremos exigir a nuestros representantes que hagan lo mismo. 

FOTO: Juan Medina / ATLAS

Los colegios electorales ya están abiertos. Por eso desde este momento, desde todas partes, jóvenes, adultos y ancianos estamos llamados a decidir el futuro de nuestro país. Es nuestro derecho, pero también nuestra responsabilidad. Lo que ocurra a partir de ahora está en nuestras manos.


(Publicado en Neupic)

miércoles, 22 de junio de 2016

We are stronger together


Such an easy sentence. Theorically, not many people would disagree, specially seeing how many examples we can find. Last one can be Island’s National Football Team, who showed us that a good team is better than a few great independent players. The European Union could be another example.

Very likely you, dear reader, already know what this text is going to be about. Specially knowing what is happening today in the United Kingdom. But let’s bring another sports example before we continue. Talking about the UK, four years ago London was getting ready to host the 2012 Summer Olympics. By the end of those games, UK was third in the medal table with 29 golden medals, 17 silver ones and 19 bronzes for a total of 65 medals; a great result, for sure, but still far from the 103 and 88 metals of the USA and China. Just as a fact, if we put the medals of the EU members together, we would share 312 medals, including 95 golds. Clear leader of the medals table, because together we are more.

These are just small sport-related examples, but they support what we Aspirers feel: that unity brings strength. Therefore we believe that the European Union is a great project. It’s full of mistakes and challenges, but maybe it’s also the only way to survive in a world where the borders of countries start to blur -even if some people keep trying to raise fences and defend nationalisms-.

The longest peace period in the History of Europe, the Convention on Human Rights, the opportunity to travel in a much easier, safer and more free way or the possibility of finding friends in people that our grandparents would have been forced to kill are achievements that we owe to the European Union.

And at the same time we can’t deny its failures: one of them is to give special treatment to some countries just because of their powerful position. I’m talking, of course, about the UK and the advantages they already have and those that they have been promised if they vote to remain. That reminds me to what Groucho Marx -another one who knew that a team with his brothers was better than individualities- once said: “I don’t want to belong to any club that will accept people like me as a member”.

And yet, with our differences, with the mistakes and peculiarities of each country and with the problems that being all together might bring, unity makes us stronger.Let’s go back to sports with a nautical or sailing case: when we are with 27 people on a ship, if one makes a mistake and a hole appears in the hull of the ship, the whole boat can be in danger of sinking; but if that happens, all those partners are there to help us cover that hole and bale the water out. Being scared about a little hole in the hull is not a reason to leave the ship and row alone in a small wooden boat. Let’s stay all together aboard this ship and surf the complicated tides that our time brings; because we will only reach our harbor safe and sound if we all row together.


martes, 14 de junio de 2016

Héroes sin capa

Hoy 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. Como ocurre con todos los días mundiales y efemérides, 24 horas no suelen ser suficientes, pero sí son un buen momento para recordar a todos los héroes y heroínas que día a día dan lo más valioso que poseen.

Porque la sangre de una persona tiene un valor incalculable. Sobre todo cuando se da de forma gratuita para otro ser humano que ni siquiera conoces. Dar tu sangre por alguien es el mayor gesto de sacrificio que puedes realizar. Te convierte en salvador. Y ello sin necesidad de viajar a un lugar desolado por la guerra o un terremoto y sin tener que ser médico, policía o bombero. En realidad, no hace falta ponerse una capa para convertirse en un héroe.

Solo hace falta ser mayor de 18 años, encontrarse bien de salud y desayunar bien ese día. Con eso y con 30 minutitos puedes haber salvado la vida a otra persona. Una persona con leucemia que necesita transfusiones casi diarias para sobrevivir, un joven que tuvo un accidente en su moto o alguien que ha sido víctima de un atentado terrorista.

Precisamente los ataques terroristas o las grandes catástrofes tienen la costumbre de despertar la solidaridad de las personas. Los hospitales de Madrid se colapsaron el 11 de marzo de 2004: no solo por las víctimas del ataque, sino también con ciudadanos anónimos que acudían a donar sangre. En España somos muchas cosas, no todas buenas, pero de lo que sí podemos estar orgullosos es de nuestra solidaridad: nuestra respuesta ante este tipo de catástrofes acostumbra a ser ejemplar, pero además, España es líder mundial en donación de órganos. Nuestro país, vago e ineficiente, está llenos de héroes y heroínas.

FOTO: Getty Images
Este domingo en Orlando, tras el tiroteo que causó medio centenar de muertes, los centros de donación de sangre se llenaron de héroes. Pero precisamente en el estado de Florida está prohibido que las personas homosexuales donen sangre. Hubo rumores sobre el levantamiento de esa prohibición tras el atentado en el club Pulse, pero desconozco si finalmente fue así.

Es una muestra más de la falta de igualdad que sigue sufriendo la comunidad LGTBI y que estos días es tan necesario reivindicar. Y es que, independientemente de este caso concreto, los homosexuales no pueden donar sangre en numerosos países del mundo, incluyendo muchos países occidentales y europeos. La teórica razón es su mayor riesgo de contraer VIH; como si los heterosexuales no pudieran contagiarse y como si no se hicieran análisis en todas y cada una de las donaciones.

Por cierto, estos análisis son una de las ventajas de la donación de sangre. Acudir regularmente a donar (cada tres meses los hombres y cada cuatro las mujeres) nos permite tener nuestra salud un poquito más vigilada. Pero es que también nos invitan a un bocadillo y un refresco después de cada donación para recuperar fuerzas. Eso, a cambio de un pinchazo que, de verdad, duele menos que arrancarte un pelo de la nariz.Y por encima de todo eso, el sentimiento de estar salvando la vida a una persona. Una persona que vive gracias a ti. Saber eso, saber que eres un auténtico héroe, es una sensación impagable. Y es que solo lo verdaderamente valioso se paga con sangre.

(Publicado en El Blog del Suscriptor de El Español)

jueves, 9 de junio de 2016

It's just football

On the 29th of January, a football game in the Greek city of Larissa between the AE Larissa and the Acharnaikos made it into the media of many other countries. It was a more or less irrelevant match of the Second League of Greece, nothing special apparently, but as soon as the referee blew his whistle to show the start of the game, the players, trainers and assistants of both teams sat on the field during two minutes in complete silence. In the speakers of the stadium it was announced that this gesture pretended to honor the hundreds of dead kids in the Aegean Sea due to the inaction of the European Union and Turkey. Then the game went on as usual.


Those two minutes saved no one from the death -proof is that hundreds of people keep dying trying to reach the security of European lands-. But that small gesture, in a small game, with small teams might have opened a few eyes. It´s clearly not enough, but in a world where the dramatic reality is not shocking enough to make us take action, these small signs become extremely important and necessary.

That's the power of football. Something that big and popular is a perfect tool to raise awareness and make people think about the real problems of the world. It's not always like that. It's actually almost never like that. But it could be. I leave the offer here for the stars that are already in France ready to play with their national teams. Imagine if beside McDonald's, Hyundai or Adidas there were some campaigns to show the impact of climate change or to fight against homophobia. That would be great, but also, let's not forget that you don’t need to be Cristiano Ronaldo o David Alaba to make an impact; you can be a small Greek football player and send a powerful message to the world.

Of course there are many things to criticize about football. Or rather about the business and corruption around it. But there is also a positive side. Think about how the Rathausplatz in Vienna will be next Tuesday when Austria makes its debut in the tournament: no more division between green and blue, Hofer and Van der Bellen, left and right… For some hours, it will be all about the red t-shirts and about the fun.

That's the whole point. There are too many things in the world that scare, worry or divide us. So, even if it´s an imperfect sports event, let´s enjoy those things that bring us together. Because if we use it well, football can also be a great way to make people aspire, dream, wish for a better world and, why not, get active and start fighting for it.

Let's see football as the amazing and powerful instrument that it is and let’s use it to bring more people together and to help making possible the positive change we want to see in the world.

And also, let's have some fun. In a moment in which some crazy people want to make us all live in fear and without freedom, having fun and using that freedom to be happy is a really useful and peaceful weapon against nonsense and terror.

It's just football. But we could make it so much more. Let's play.